Proliferan los artistas de realidad virtual... ¿Quieres ver sus obras?

Proliferan los artistas de realidad virtual... ¿Quieres ver sus obras?

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El arte es entendido generalmente como cualquier actividad o producto realizado con una finalidad estética y también comunicativa, mediante la cual se expresan ideas, emociones y, en general, una visión del mundo, a través de diversos recursos, como los plásticos, lingüísticos, sonoros, corporales y mixtos.
Hay muchos tipos de arte que seguro ya conocéis: cine, literatura, música, pintura, escultura, fotografía, Danza, Teatro, etc. Pero debido a su definición ambigua y cambiante, actualmente se incluye también la arquitectura, el arte corporal (que abarca el maquillaje, vestuario, peluquería, tatuaje, etc), el arte efímero como por ejemplo la gastronomía y todos aquellos oficios que comportan un trabajo manual que tiene un carácter artesanal (como cerámica, joyería, jardinería, tapicería, etc), y bueno, muchísimos más en realidad.

En los últimos tiempos (o quizá desde siempre), se han disparado los precios de ciertas obras (a menudo por cuestiones especulativas que poco tienen que ver con la valía real de las mismas).
Muchas obras se venden por decenas de millones de dólares y en mi opinión esos precios no reflejan su valor real como producto artístico en sí mismo, sino que se infla el coste básicamente por dos razones: porque su creador es un pintor muy conocido y sobre todo, porque está muerto (ya que eso imposibilita más creaciones suyas, aumentando sobremanera su cotización).
El mayor sinsentido de todos es que muchos artistas ahora fallecidos y que son muy cotizados, se morían de hambre en vida y nadie se interesaba por su trabajo. Y es que el arte es caprichoso.

Sí, intervienen más factores a la hora de tasar un cuadro (como el movimiento pictórico al que pertenece, si el artista innovó, el momento de su creación, etc), pero que el pintor tenga renombre y caché entre los entendidos y que además esté muerto, es lo que principalmente encarece las obras.

En muchas ocasiones, los que no estamos metidos en el mundillo ni nos consideramos expertos en arte observamos atónitos como obras que nos parecen ridículas se venden por decenas de millones de dólares (y otras que nos enamoran, casi las regalan junto a unos Choco Krispies).
Pero no os preocupéis por no comprender los precios que se llegan a pagar, porque ni los mismos expertos se ponen de acuerdo. He visto a entendidos decir que Miró es un genio, y otros -igual de entendidos-, afirmar que es una basura.
Parece ser que aquí lo único que importa es cuánto dinero está alguien dispuesto a pagar por una obra. Y en función de eso, o el artista será una inversión rentable y un genio, o un muerto de hambre sin interés alguno. Os invito a ver el vídeo, donde pongo ejemplos de lo que digo.

Bien. El eterno debate sobre qué es el arte ha acabado por incluir también el arte digital como una disciplina artística, encontrado en los últimos tiempos un motivo de controversia más con el mundo de los videojuegos. Para muchos, sus extensos guiones y la calidad técnica de las imágenes y demás los dotan de una complejidad equiparable a cualquier obra cinematográfica. Para otros, son un mero producto comercial relacionado únicamente con el entretenimiento.

Un debate similar ha surgido en torno a la realidad virtual, después de que algunos autodenominados artistas hayan empezado a crear obras imposibles de ver sin unas gafas VR.
Estas obras que no existen en el mundo material, solo pueden ser vistas (y disfrutadas) con el uso de la tecnología.

La realidad virtual ya está presente en gran cantidad de disciplinas como la medicina, la educación o el entretenimiento y ahora parece incursionar en el discutible mundo del arte.
Algunos artistas están usando esta nueva tecnología para expresar sus sentimientos y emociones de una forma distinta, con la intención de romper con las reglas establecidas, alejarse de la norma y soñar con lo desconocido.
Una herramienta que permite estas creaciones es Tilt brush, una app creada por Google que requiere el uso de gafas de realidad virtual para usarla. Con esta herramienta podremos crear obras en 3D y dibujar cualquier cosa que imaginemos.
En la mano izquierda tienes la paleta de colores y en la mano derecha el pincel con el que puedes hacer todas las formas que tu imaginación te permita.
Con esta herramienta cualquier persona puede convertirse en un artista.

Ya existen bastantes artistas que están creando con este método. Una de ellas es Anna Zhilyaeva, una mujer que ha hecho de la realidad virtual su nueva disciplina artística y que ya acumula decenas de obras que se pueden visitar en su página web: van desde bodegones tridimensionales hasta coloridos bustos, pasando por ciudades y paisajes imposibles en mitad del espacio.

La realidad virtual es un entorno idóneo para generar obras de arte acorde a nuestra época tecnológica. Al igual que los artistas convencionales crean sus pinturas sobre un lienzo, los artistas digitales pueden hacer lo propio en un nuevo espacio virtual de tres dimensiones y dejar volar la imaginación.
Para algunos este método genera una experiencia emocional y sensorial sin igual, porque estas piezas son creadas sobre un entorno 3D y constan de volumen, pudiendo ser recorridas en su interior por otras personas y dando la sensación que estás dentro de la creación.

Ya encontramos algunos ejemplos de artistas que con esta técnica han creado auténticas obras cautivadoras. Incluso Glen Keane, el animador de personajes para Walt Disney Studios como La sirenita, Aladdín o La bella y la bestia, ya ha pasado estos famosos rostros Disney al entorno digital.

Cada vez son más los espacios culturales que apuestan por ofrecer a sus visitantes una experiencia completamente nueva.
Un ejemplo notorio de esto se da en el New Museum de Nueva York, que es uno de los espacios que más importancia están dando a la realidad virtual. Allí han organizado la ‘First Look: Artists VR’, una exposición de obras diseñadas con realidad virtual para móviles. Artistas como Jeremy Couillard, Jayson Musson o Rachel Rossin mostraron sus obras y reflexionaron sobre las posibilidades de comunicarse de esta manera.

La tecnología ahora mismo es un importante complemento del mundo moderno. Las nuevas generaciones nacen con la tecnología y les interesa lo que puedan hacer con ella. Por este motivo, los espacios de encuentro cultural como los museos están evolucionando constantemente para no quedarse atrás y que tanto adolescentes como adultos estén interesados en visitar constantemente sus locales.

Sin embargo, este despliegue tecnológico tiene sus riesgos (o puede implicar algunos cambios). Si se expande el arte en realidad virtual y se puede acceder a él desde cualquier parte, ¿qué sentido tendrá desplazarse hasta un museo?

¿Qué te parece todo este tema del arte?
¿Hay mucha tontería y especulación o coincides y entiendes lo que se llega a pagar por algunas obras?
¿Te parece estimulante lo del arte con realidad virtual?

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