Fidias
10-Aug-2020, 00:53
Hola a todos:
dejo aquí mi primer relatillo. No sé si es exactamente aquí donde se tiene que hacer porque aún estoy perdido con los controles así que disculpen si no es así y me dicen como lo cambio de sitio, por favor.
Der Ausfahrt
- Der Ausfahrt der FRB67 von Kourou RHF nach…
Cambió la maleta de mano para quitarse el pelo de la cara y volvió a cambiar para no tropezarse con su amigo. Debían llegar a la vía 2 en 10 minutos, pero la familiaridad que tenían con aquella estación les hizo sentirse lo suficientemente relajados como para mantener un paso lento que les permitiera hablar.
Unos mechones se le metieron en la boca y ojos y cuando Ludwig cambió la maleta de mano, esta arremetió contra una mujer que contaba moneditas frente a un dispensador de dulces.
Las monedas saltaron a todas partes más por el sobresalto de la mujer que por el golpe en sí. No obstante esta se mostró comprensiva y se lo tomó con una sonrisa.
Una joven junto a ellos que miraba un tablón de avisos de llegadas y salidas se unió a la empresa de recogida de monedas, pero de todas formas, aún con esta ayuda, Ludwig y su amigo perdieron un par de minutos y esta vez sí sufrieron el espoleo de las prisas.
Ludwig tuvo que coordinarse con su amigo para cargar la maleta entre los dos. Su larga melena rubia y -esta vez también- los negros pantalones de pitillos un poco sueltos de su amigo, les hizo que casí se calleran arrastrandose uno al otro por la escalera que daba hacia la sala de escaneres. Por suerte un oficial que subía detrás de ellos - y que creía sinceramente que Ludwig era una chica - intervino en el momento justo y los auxilió. Este expresó su sorpresa e incomodidad por la situación con un “Aufpassen!” y una arqueada de cejas.
El escaneo les tomó por suerte un minuto porque ya no había nadie en la fila. Al salir de la sala de escáneres, dieron una carrera hasta la vía en la que Ludwig tuvo que combatir por no sofocarse con su propio cabello.
Llegaron a alcanzar el tren que los llevaría a la plataforma de lanzamiento en el exacto momento de su partida, pero las puertas no abrieron al presionar la mano contra el identificador dactilar y el tren puso en marcha deslizándose entre sus dedos la puerta. Desde la sala de observación tuvieron que soportar como, cual burla, la última nave de ese periodo de lanzamiento dejaba una gran estela de fuego, humo y polvo alzándose en pocos segundo más allá de la órbita terrestre.
Al final consiguieron comprar un billete para la tarde siguiente -por el triple de precio- para la próxima ventana de lanzamiento hacia Marte. Por desgracia debieron pasar toda la noche en las incómodas sillas de la estación.
Después de aquello, Ludwig llevó siempre el pelo recogido.
dejo aquí mi primer relatillo. No sé si es exactamente aquí donde se tiene que hacer porque aún estoy perdido con los controles así que disculpen si no es así y me dicen como lo cambio de sitio, por favor.
Der Ausfahrt
- Der Ausfahrt der FRB67 von Kourou RHF nach…
Cambió la maleta de mano para quitarse el pelo de la cara y volvió a cambiar para no tropezarse con su amigo. Debían llegar a la vía 2 en 10 minutos, pero la familiaridad que tenían con aquella estación les hizo sentirse lo suficientemente relajados como para mantener un paso lento que les permitiera hablar.
Unos mechones se le metieron en la boca y ojos y cuando Ludwig cambió la maleta de mano, esta arremetió contra una mujer que contaba moneditas frente a un dispensador de dulces.
Las monedas saltaron a todas partes más por el sobresalto de la mujer que por el golpe en sí. No obstante esta se mostró comprensiva y se lo tomó con una sonrisa.
Una joven junto a ellos que miraba un tablón de avisos de llegadas y salidas se unió a la empresa de recogida de monedas, pero de todas formas, aún con esta ayuda, Ludwig y su amigo perdieron un par de minutos y esta vez sí sufrieron el espoleo de las prisas.
Ludwig tuvo que coordinarse con su amigo para cargar la maleta entre los dos. Su larga melena rubia y -esta vez también- los negros pantalones de pitillos un poco sueltos de su amigo, les hizo que casí se calleran arrastrandose uno al otro por la escalera que daba hacia la sala de escaneres. Por suerte un oficial que subía detrás de ellos - y que creía sinceramente que Ludwig era una chica - intervino en el momento justo y los auxilió. Este expresó su sorpresa e incomodidad por la situación con un “Aufpassen!” y una arqueada de cejas.
El escaneo les tomó por suerte un minuto porque ya no había nadie en la fila. Al salir de la sala de escáneres, dieron una carrera hasta la vía en la que Ludwig tuvo que combatir por no sofocarse con su propio cabello.
Llegaron a alcanzar el tren que los llevaría a la plataforma de lanzamiento en el exacto momento de su partida, pero las puertas no abrieron al presionar la mano contra el identificador dactilar y el tren puso en marcha deslizándose entre sus dedos la puerta. Desde la sala de observación tuvieron que soportar como, cual burla, la última nave de ese periodo de lanzamiento dejaba una gran estela de fuego, humo y polvo alzándose en pocos segundo más allá de la órbita terrestre.
Al final consiguieron comprar un billete para la tarde siguiente -por el triple de precio- para la próxima ventana de lanzamiento hacia Marte. Por desgracia debieron pasar toda la noche en las incómodas sillas de la estación.
Después de aquello, Ludwig llevó siempre el pelo recogido.