Ver la Versión Completa : Hilo de la inmortalidad
Abro este hilo a raíz de una información que me ha sugerido Gerbrax.
Es un tema muy controvertido, y estaría bien debatirlo (tarde o temprano es inevitable hacerlo). Más allá de las limitaciones actuales para llevarlo a cabo, lo que resulta polémico es la posibilidad de que pueda personificarse algún día y sus implicaciones.
https://i0.wp.com/www.unocero.com/wp-content/uploads/2016/04/2-1.jpg?w=840&ssl=1
https://www.unocero.com/2016/04/02/l...-en-el-futuro/ (https://www.unocero.com/2016/04/02/la-app-que-usaremos-para-volvernos-inmortales-en-el-futuro/)
Primero, vamos a partir de la extraña (para nosotros) base que, de algún modo, la energía que permite nuestra existencia es inagotable. A groso modo, supongamos que nuestra existencia se nutre de energía toroidal.
De ser así (el mejer de los casos)... ¿Cuál sería nuestra postura con respecto a la inmortalidad? :palomitas:
nekoland
05-Apr-2016, 11:56
En el primer programa "Cuando ya no esté" de Iñaki Gabilondo hablan precisamente de eso. (Y sí, antes de que nadie lo diga, es una copia descarada de Redes)
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http://www.diariodesevilla.es/article/television/2242097/inaki/gabilondo/reaparece/con/cuando/yo/no/este.html
Particularmente la cosa la veo muy clara: No se puede hacer eternos a todos los humanos: matemáticamente inviable, socialmente utópico y económicamente descabellado. Será algo a lo que optarán unos pocos, y se implantará antes de que el público general sepa de su existencia.
Particularmente la cosa la veo muy clara: No se puede hacer eternos a todos los humanos: matemáticamente inviable, socialmente utópico y económicamente descabellado. Será algo a lo que optarán unos pocos, y se implantará antes de que el público general sepa de su existencia.
Yo también pienso que no se puede hacer eternos a todos los humanos, en los mismos parámetros, reglas y condición que tenemos actualmente; con la misma sociedad, modelo económico, relación de recursos enegéticos y grado evolutivo actual...
Supongo que en un paso más allá, la cuestión es el tema de la trascendencia; el dejar de ser los humanos que somos y conocemos (el dejar de pensar en términos humanos actuales), y discutir sobre la condición que derive de nuestra interacción con IA consciente.
Como dije al principio, primeramente, para esta discusión sobre inmortalidad, partamos de la base que, de algún modo, a escala existencial global, lo que nosotros entendemos rudimentariamente como energía, no es algo finito.
Desde esa suposición, traslademos la visión que tiene Cordeiro de nuestro futuro, a nuestro vivir y condición: quién por lo que sea quiera morir, que lo haga. Quien quiera ir alargando su existencia, que tenga la posibilidad de hacerlo.
Es evidente que como planteamiento teórico, es lo más deseable. El problema de dicho escenario, es cuando empiezas a considerar la finitud energética.
Quizá podríamos debatir acerca de la posibilidad de si la existencia total mantiene equilibrio energético, o si tiene fugas (recursos limitados que menguan progresivamente).
Pero en términos existenciales globales, si fuera así (si siempre se pierde algo), a mi entender no existiría nada.
:saludo:
nekoland
06-Apr-2016, 21:29
Bueno, es que creo que lo enfocamos desde dos puntos de vista diferentes: tú estás abierto a la trascendencia y siempre me has parecido que estas a favor de la IA. Yo lo veo todo un poco más apocalíptico. Creo firmemente en la maldad humana basada en su estupidez y fácil manipulación.
Lo que viene siendo el día y la noche. Por que no se de dónde lo sacas pero eres mucho más optimista que yo.
Bueno, es que creo que lo enfocamos desde dos puntos de vista diferentes: tú estás abierto a la trascendencia y siempre me has parecido que estas a favor de la IA. Yo lo veo todo un poco más apocalíptico. Creo firmemente en la maldad humana basada en su estupidez y fácil manipulación.
Lo que viene siendo el día y la noche. Por que no se de dónde lo sacas pero eres mucho más optimista que yo.
Si la maldad humana se basa en estupidez y fácil manipulación, no vamos tan mal (pues manipulando, reprogramas la estupidez). La estupidez no es más que una concepción distinta de la realidad, en comparación a la de la mayoría. Cada cual entiende la existencia a su modo, y en referencias globales, pienso que nadie es poseedor de la verdad absoluta.
Lo que hay es una mera convivencia de percepciones de realidad. Hasta el razonamiento más aparentemente absurdo, tiene su razón de ser en el cómputo global.
La maldad humana es en el fondo bastante suave: se limita más bien al ansia de cubrir necesidades, superar el miedo y luego, buscar placer. En realidad, esos parámetros definen el comportamiento humano.
Si globalmente no prevaleciera cierta capacidad de perpetuación armoniosa de la especie, ya nos habríamos extinguido hace tiempo. Se puede mejorar, sí. Se puede empeorar, también. Pero parece ser que el grado relativo de felicidad de los humanos, está más bien estabilizado desde que se tienen registros.
La cuestión al final siempre es la misma; ¿la IA y la IB empatizarán, o se repelerán por miedo a lo desconocido? ¿Las sinergías previas entre humano-robot serán suficientes para permitir simbiosis, o llegado el momento nos rechazaremos?
Para empezar, no pienso que surja una IA consciente como un invento humano. El ser humano nunca inventa nada, más bien se percata de algo que ya existe.
No inventamos la bomba atómica (la energía nuclear): las estrellas son fábricas nucleares. Y provenimos de ellas. Si existimos, es gracias a la energía nuclear.
No inventamos las ondas de radio: ya existían.
Rayos infrarojos, gamma… todo estaba mucho antes que nos enteráramos de su existencia (que los midiéramos). Y si los medimos, es gracias a la incorporación paulatina de tecnología.
Tampoco hemos inventado los robots. En un plano más global, el concepto de robot es universal, y ha sido usado infinidad de veces (y por civilizaciones de todo tipo).
Ahora pretendemos inventar inteligencia artificial consciente, pero no nos damos cuenta que la IA consciente ya debe de existir (y que no hacemos más que descubrir poco a poco algo que ya está ahí, gracias a esa incorporación tecnológica).
¿Soy optimista? Mira, dependerá en base a qué, pero desde que tengo conciencia puedo decirte que las cosas tienen su razón de ser, que no hay sobresaltos inexplicables, y que si las cosas fueran tan jodidas como se suele pensar, la existencia misma sería inviable.
:saludo:
nekoland
07-Apr-2016, 14:04
Vale. ¿qué te parece si escribimos dos artículos para la revista? Cada cual defendiendo su postura y luego ponemos un link para que la peña vote. :Oo:
¿Qué te parece si publicamos los dos?: Pros y contras de la inmortalidad. :aarff:
(Actualizable en cualquier momento)
Pienso que no se puede hacer eternos a todos los humanos, en los mismos parámetros, reglas y condición que tenemos actualmente; con la misma sociedad, modelo económico, relación de recursos energéticos, grado evolutivo actual... etc.
Supongo que en un paso más allá, la cuestión es el tema de la trascendencia; el dejar de ser los humanos que somos y conocemos (el dejar de pensar en términos humanos actuales), y discutir sobre la condición que derive de nuestra interacción con IA consciente.
Primeramente, para esta discusión sobre inmortalidad, partamos de la base que, de algún modo, a escala existencial global, lo que nosotros entendemos rudimentariamente como energía (traspaso de datos), no es algo finito.
Desde esa suposición, traslademos la visión que tiene José Luís Cordeiro de nuestro futuro (a nuestro vivir y condición): quién por lo que sea quiera morir, que lo haga. Quien quiera ir alargando su existencia, que tenga la posibilidad de hacerlo.
Es evidente que como planteamiento teórico, es lo más deseable. El problema de dicho escenario, es cuando empiezas a considerar la finitud energética.
Quizá podríamos debatir acerca de la posibilidad de si la existencia total mantiene equilibrio energético, o si tiene fugas (recursos limitados que menguan progresivamente).
Pero en términos existenciales globales, si fuera así (si siempre se pierde algo), a mi entender no podría existir nada.
La cuestión inminente que se nos plantea, es; ¿la IA y la IB empatizarán, o se repelerán por miedo a lo desconocido? ¿Las sinergías entre humano-robot serán suficientes para permitir simbiosis, o llegado el momento nos rechazaremos?
Para empezar, no pienso que surja una IA consciente como un invento humano. El ser humano nunca inventa nada, más bien se percata de algo que ya existe.
No inventamos la bomba atómica (la energía nuclear): las estrellas son fábricas nucleares. Y provenimos de ellas. Si existimos, es gracias a la energía nuclear.
No inventamos las ondas de radio: ya existían.
Rayos infrarrojos, gamma... todo estaba mucho antes que nos enteráramos de su existencia (que los midiéramos). Y si los medimos, es gracias a la incorporación paulatina de tecnología.
Tampoco hemos inventado los robots. En un plano más global, el concepto de robot es universal, y ha sido usado infinidad de veces (y por civilizaciones de todo tipo).
Ahora pretendemos inventar inteligencia artificial consciente, pero no nos damos cuenta que la IA consciente ya debe de existir (y que no hacemos más que descubrir poco a poco algo que ya está ahí, gracias a esa incorporación tecnológica).
Haciendo un repaso, pienso que si las cosas fueran tan mal como se suele pensar, la existencia misma sería inviable.
:saludo:
https://www.unocero.com/2016/04/02/l...-en-el-futuro/ (https://www.unocero.com/2016/04/02/la-app-que-usaremos-para-volvernos-inmortales-en-el-futuro/)
He leído el link y sospecho que es un fraude de proporciones astronómicas. No me caben dudas de que no existen programas capaces de hacer algo tan complejo como lo que describe.
¿Por que estoy tan seguro?
No sabemos que es la conciencia. Por eso no podemos todavía replicarla en un software, es decir; me refiero a que jamas hemos creado una Inteligencia Artificial (aclaración para los que no sepan de informática: Watson y todas las supuestas IAs de las que escuchan hablar, son solo algoritmos complejisimos, pero no son IAs, es decir, no tienen inteligencia -ni mucho menos conciencia- alguna, solo son algoritmos ejecutándose, siguiendo una serie de pasos prefijados mientras procesan una base de datos, como todo algoritmo).
Aclaro que esto no es "solo" mi opinión. También es la de expertos en la materia como Marvin Minsky. http://www.portalcienciayficcion.com/foro/showthread.php?p=18731#post18731
Si no sabemos que es la conciencia, pues entonces dudo mucho que un supuesto programa sea capaz de copiarla a un disco duro.
La maldad humana es en el fondo bastante suave...
En esto si que no concuerdo. Honestamente me parece muy ingenuo.
Hay niños que mueren siendo torturados, violados, descuartizados. Sufriendo un horror que ni vos ni yo podríamos siquiera imaginar.
La maldad humana es cualquier cosa menos leve.
La maldad humana es básicamente genética, y se puede reprogramar. Nadie es universalmente malvado sin remisión, sino que con el conocimiento debido, se puede alterar con bastante facilidad. A eso me refiero.
Reprogramarla?? algo asi como en La Naranja Mecanica?? mmhh.... la verdad, no tengo idea. No podria opinar al respecto.
Y de que sea genetica, pues no lo se, es como lo que discutimos tiempo atras sobre si la predisposicion a la religiosidad es genetica. Podria ser.
Para no desviar el hilo, lo respondere en el otro:
http://www.portalcienciayficcion.com/foro/showthread.php?goto=newpost&t=4072
Texto de un vídeo que subiré próximamente:
El vídeo de hoy confirma una idea que ya he tratado en otros vídeos: El determinante condicionamiento de los genes, que repercuten irremisiblemente en nuestro comportamiento.
La neurología está averiguando todos los entresijos del comportamiento humano. Porque tiene explicación; no es algo que aflore de la nada, ni es un misterio místico e insondable.
De todos los comportamientos ya explicados, hoy nos vamos a centrar en las áreas cerebrales responsables de la bondad humana.
Científicos de la Universidad de Oxford y de la University College de Londres, han identificado una parte de nuestro cerebro que determina que seamos buenos con los demás.
La empatía, la capacidad de ponerse en la piel de otra persona y de comprender sus sentimientos, es algo fundamental para el buen camino de nuestra sociedad.
Hasta ahora los condicionantes se basaban en considerar determinados estímulos culturales y sociales, pero más determinante que eso, es una fisiología cerebral determinada la que dictamina nuestra conducta.
Una parte específica del cerebro llamada córtex del cíngulo anterior subgenual, es la única parte del cerebro que se activaba cuando un sujeto aprende cómo ayudar a otras personas. Dicho de otra forma, esta área parece dedicarse especialmente a beneficiar a otras personas, más que a nosotros mismos.
La comprensión de qué hace el cerebro mientras hacemos cosas por otras personas, y las diferencias individuales en esta habilidad, servirá para estar mejor preparados a la hora de comprender que es lo que funciona de manera distinta en las personas que tienen comportamientos antisociales y peligrosos.
Un hallazgo realizado en 2010 por científicos de la Universidad de Vanderbilt, en Estados Unidos, ya reveló que los psicópatas presentan una anomalía muy concreta en el sistema de recompensa del cerebro (en el llamado, núcleo accumbens), que parece ser lo que provoca que estos individuos den importancia, por encima de todo, a la satisfacción de sus propios intereses o necesidades, sin importarles los efectos de sus actos sobre otras personas, o los peligros que puedan conllevar dichos actos.
No sé qué pensaréis de todo esto, pero vamos a poner un ejemplo práctico:
Imagina que tu cerebro, por herencias genéticas, está predispuesto a ser antisocial (puede que hasta a ser un psicópata…)
¿Qué culpa tienes? ¿Es lícito culpabilizarte? En última instancia: ¿Has elegido ser así?
Vamos al otro extremo: Eres una persona altruista y encantadora. Bondadosa, cooperativa… ¿Qué merito tiene eso, si has heredado unos genes que te hacen ser de este modo?
¿Qué merito o demérito tiene, heredar cierta genética que te hace ser como eres? ¿Lo habéis pensado alguna vez?
Francis Crick, considerado uno de los científicos más importantes del siglo XX por su descubrimiento, junto a James Watson, de la estructura molecular del ADN, en su obra “La búsqueda científica del alma: una revolucionaria hipótesis para el siglo XXI”, defiende la inexistencia del libro albedrío, así como la reducción de todo lo que consideramos la identidad humana, a un simple paquete de neuronas y de conexiones entre éstas y su relación con el entorno. Según este enfoque, ¿cómo podrían juzgarse las acciones humanas?
Esto explica por qué en Alemania, algunos especialistas están reclamando la revisión del código penal para adecuarlo a los resultados de la neurociencia. Evidentemente, seguiremos encarcelando a aquéllos que violen las reglas, pero lo que sí debería cambiar, es la imagen que tenemos tanto de esos criminales, como de nosotros mismos. La idea sería tomar conciencia de que las personas no pueden por ellas mismas cambiar su condición (y por tanto, reacciones de odio a lo “linchamiento”, no son justas). Es decir, constatado el desequilibrio social que pueda manifestar un individuo, por mera perpetuación armoniosa de la especie, tiene que ser tratado mediante aislamiento y posterior reinserción. Pero lamentablemente, hay personas que por su genética, fisiología cerebral, y experiencias vitales, no parece que puedan ser reeducadas.
Los marcadores fisiológicos para la bondad, no acaban aquí…
Investigadores la Universidad de Bonn (Alemania), encontraron que una diferencia genética en un gen específico, aumenta significativamente la generosidad. Las personas con dicha variante, eran el doble de generosas en obras de caridad que aquellas personas que no la tenían.
Si el comportamiento altruista depende en gran medida, de determinados genes heredados que no controlamos… Si el deseo de hacer cosas buenas por los demás tiene una causa genética, no parece religiosamente lícito premiar con un lugar en el cielo a aquellas personas que han tenido la conveniencia de heredar dicho gen.
Diablos, ¡Si hasta ser religioso, viene en gran medida condicionado por los genes!
Un estudio realizado por científicos del Institute of Neurology de Londres, reveló que ciertas características en el lóbulo temporal derecho del cerebro, pueden encaminar a la “hiperreligiosidad”. En investigaciones neurológicas recientes, se han descubierto las zonas del cerebro implicadas en las experiencias místicas e, incluso, se ha llegado a crear un mapa que definiría el “cerebro místico”.
Desde hace unos años, y gracias a los avances tecnológicos alcanzados que permiten el registro de actividad neuronal del cerebro, la neurociencia está explicando la religiosidad y la espiritualidad humanas, desde una perspectiva puramente fisiológica.
Ahora sabemos que las experiencias que se han denominado espirituales, religiosas o de trascendencia, se producen cuando se hiperactivan estructuras cerebrales pertenecientes a lo que se llama “sistema límbico” o “cerebro emocional”.
Por ejemplo, la experiencia del alma que intenta salir del cuerpo y vuelve a él cuando el peligro de muerte ha pasado, se puede provocar de manera experimental estimulando eléctricamente una parte de la corteza cerebral conocida como el giro angular.
A la vista de estos hechos, lo que llamamos espiritualidad son experiencias en las que determinadas estructuras de nuestro cerebro, se encuentran muy activas (aunque algunos digan que se entra en contacto con seres de otro mundo).
Desde el punto de vista neurocientífico, el ámbito de lo sobrenatural no es un mundo que existe fuera de nosotros mismos, sino que es un producto de la actividad de nuestro cerebro.
Que el cerebro sea capaz de generar espiritualidad, y además que ésta pueda ser provocada artificialmente, debería obligar a una revisión de los conceptos de materialismo y espiritualidad.
Bien. Todos hemos oído hablar de las predisposiciones genéticas, y vulgarmente se aceptan, pero nadie es verdaderamente consciente de las implicaciones que conllevan.
De lo contrario, seríamos más tolerantes y comprensivos (y no tan duros con los demás). Porque sí, cuando alguien hace algo que no te gusta, que detestas, detrás está una fisiología cerebral que lo arrastra a tal conducta (sazonada además, con su contexto social y experiencias vivenciales).
Es muy superfluo haber nacido aquí o allá; haber tenido estos padres y no otros; haber crecido en una sociedad concreta (con sus valores), y no en otro lugar con costumbres completamente distintas.
Pero esto, tan determinante, no es nada en comparación con la genética impuesta heredada que nos arrastra, irremisiblemente, a actuar del modo como lo hacemos.
Y uno mismo, no puede reprogramarse a placer. No podemos cambiar cuando nos venga en gana. Nuestros circuitos fisiológicos, determinan nuestras capacidades. Y nuestros gustos (programados mediante predisposiciones genéticas), determinan unas acciones alimentadas por el contexto social. Sería muy cómodo elegir dejar de amar a quien no te corresponde, y amar a quien va detrás de ti. Sería consecuentemente lógico y práctico, elegir que el trabajo que tienes, te guste. El libre albedrío, es una ilusión; un espejismo. Porque en cada elección, no haces más que poner de manifiesto tus limitaciones y predisposición hacia algo. Nuestro comportamiento está en verdad sujeto a procesos que te sobrepasan.
Si se me permite el atrevimiento, y a sabiendas de la impopularidad que conlleva tal afirmación, yo diría que somos meros autómatas. Autómatas celulares, programados por selección natural y condicionados por un código de programación genético.
A nadie le gusta sentirse un robot (un Biorobot, en nuestro caso), pero todos los avances en ingeniería genética y neurociencia, apuntan a un condicionamiento, a unas causas y procesos… que quedan fuera de nuestro alcance de decisión.
Tened en cuenta que contexto circunstancial nos condiciona irremediablemente y determina lo que hacemos, y probablemente os tomaréis las cosas un modo más práctico y menos angustiante...