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17-Oct-2015, 20:40
Un pequeño artículo de ciencia...
Desde hace un par de años, la emblemática película “Desafío total” no parece ya algo descabellado y fruto del entretenimiento, sino una línea de trabajo que está empezando a dar sus primeros -y sorprendentes-, resultados.
«Podemos formar un recuerdo, borrarlo y luego reactivarlo, a voluntad, aplicando un estímulo que selectivamente refuerza o debilita las conexiones sinápticas (entre neuronas)», dice Roberto Malinow, doctor en neurociencia y director de un estudio de la Universidad de California que ha conseguido que las ratas olviden tener miedo.
En primer lugar, los científicos modificaron genéticamente a un grupo de ratas para hacer a algunas de sus neuronas sensibles a la luz de una cierta naturaleza. A continuación, las enseñaron a asociar estímulos luminosos sobre estas células nerviosas con descargas eléctricas y dolorosas en sus patas. En consecuencia, las ratas aprendieron a tener miedo a los estímulos luminosos (hasta sin necesidad de que hubiera esas descargas eléctricas).
Cuando los científicos comprobaron que este aprendizaje se produjo en parte por el fortalecimiento de ciertas conexiones, trataron de debilitarlas con unos impulsos luminosos distintos. Finalmente, fueron capaces de debilitar estas sinapsis hasta el punto que las ratas olvidaron asociar la luz con el dolor, es decir, que olvidaron tener miedo.
Pero lo más llamativo, es que los investigadores descubrieron que podían volver a la situación original; fueron capaces de reactivar el recuerdo del dolor y que las ratas volvieran a tener miedo a las descargas, aún cuando no habían vuelto a sufrir el dolor.
«Podemos hacer que un animal tenga miedo, luego que no lo tenga y luego que lo vuelva a tener, solo con estimular los nervios con frecuencias de luz que fortalecen o debilitan las sinapsis», dijo Sadegh Nabavi, del grupo de investigadores.
¿Qué ocurriría si la medicina pudiera llegar a borrar los recuerdos incómodos o dolorosos?
La posibilidad de borrar recuerdos puede sonar todavía aventurada, pero los investigadores están convencidos de que dentro de poco se podrán utilizar sus hallazgos para ayudar a personas han sido víctimas de experiencias traumáticas, a olvidar sus recuerdos dolorosos.
¿Y si además, se pudiera curar la enfermedad de Alzheimer? Realmente, las investigaciones en esta línea son en realidad muy útiles en la lucha contra el Alzheimer. Esta enfermedad se produce debido a la acumulación de péptido beta amiloide o proteína Tau, una molécula que debilita la conexión entre las neuronas y provoca demencia (afectando al pensamiento, lenguaje y memoria).
Si los resultados obtenidos por el equipo de Malinow se reproducen, quizás su metodología podría servir para estudiar algunos mecanismos y fortalecer las conexiones sinápticas de estos pacientes.
«Como nuestro trabajo muestra que podemos revertir los procesos que debilitan las sinapsis, deberíamos poder contrarrestar algunos de los efectos de la proteína beta amiloide en pacientes de Alzheimer», ha asegurado el Doctor Leon Thal, otro de los científicos de la Universidad de California.
Otras investigaciones ya están implantando recuerdos falsos en ratas. El objetivo es desarrollar fármacos capaces de manejar enfermedades mentales como la esquizofrenia o el desorden de estrés postraumático. Es posible que cuando este proceso sea comprendido completamente aparezcan también aplicaciones “recreativas” del mismo, implantando o borrando recuerdos a gusto del consumidor.
Sobra decir que esta tecnología puede llegar a ser tan beneficiosa como perturbadora, si no se hace un buen uso de ella...
Desde hace un par de años, la emblemática película “Desafío total” no parece ya algo descabellado y fruto del entretenimiento, sino una línea de trabajo que está empezando a dar sus primeros -y sorprendentes-, resultados.
«Podemos formar un recuerdo, borrarlo y luego reactivarlo, a voluntad, aplicando un estímulo que selectivamente refuerza o debilita las conexiones sinápticas (entre neuronas)», dice Roberto Malinow, doctor en neurociencia y director de un estudio de la Universidad de California que ha conseguido que las ratas olviden tener miedo.
En primer lugar, los científicos modificaron genéticamente a un grupo de ratas para hacer a algunas de sus neuronas sensibles a la luz de una cierta naturaleza. A continuación, las enseñaron a asociar estímulos luminosos sobre estas células nerviosas con descargas eléctricas y dolorosas en sus patas. En consecuencia, las ratas aprendieron a tener miedo a los estímulos luminosos (hasta sin necesidad de que hubiera esas descargas eléctricas).
Cuando los científicos comprobaron que este aprendizaje se produjo en parte por el fortalecimiento de ciertas conexiones, trataron de debilitarlas con unos impulsos luminosos distintos. Finalmente, fueron capaces de debilitar estas sinapsis hasta el punto que las ratas olvidaron asociar la luz con el dolor, es decir, que olvidaron tener miedo.
Pero lo más llamativo, es que los investigadores descubrieron que podían volver a la situación original; fueron capaces de reactivar el recuerdo del dolor y que las ratas volvieran a tener miedo a las descargas, aún cuando no habían vuelto a sufrir el dolor.
«Podemos hacer que un animal tenga miedo, luego que no lo tenga y luego que lo vuelva a tener, solo con estimular los nervios con frecuencias de luz que fortalecen o debilitan las sinapsis», dijo Sadegh Nabavi, del grupo de investigadores.
¿Qué ocurriría si la medicina pudiera llegar a borrar los recuerdos incómodos o dolorosos?
La posibilidad de borrar recuerdos puede sonar todavía aventurada, pero los investigadores están convencidos de que dentro de poco se podrán utilizar sus hallazgos para ayudar a personas han sido víctimas de experiencias traumáticas, a olvidar sus recuerdos dolorosos.
¿Y si además, se pudiera curar la enfermedad de Alzheimer? Realmente, las investigaciones en esta línea son en realidad muy útiles en la lucha contra el Alzheimer. Esta enfermedad se produce debido a la acumulación de péptido beta amiloide o proteína Tau, una molécula que debilita la conexión entre las neuronas y provoca demencia (afectando al pensamiento, lenguaje y memoria).
Si los resultados obtenidos por el equipo de Malinow se reproducen, quizás su metodología podría servir para estudiar algunos mecanismos y fortalecer las conexiones sinápticas de estos pacientes.
«Como nuestro trabajo muestra que podemos revertir los procesos que debilitan las sinapsis, deberíamos poder contrarrestar algunos de los efectos de la proteína beta amiloide en pacientes de Alzheimer», ha asegurado el Doctor Leon Thal, otro de los científicos de la Universidad de California.
Otras investigaciones ya están implantando recuerdos falsos en ratas. El objetivo es desarrollar fármacos capaces de manejar enfermedades mentales como la esquizofrenia o el desorden de estrés postraumático. Es posible que cuando este proceso sea comprendido completamente aparezcan también aplicaciones “recreativas” del mismo, implantando o borrando recuerdos a gusto del consumidor.
Sobra decir que esta tecnología puede llegar a ser tan beneficiosa como perturbadora, si no se hace un buen uso de ella...