Blasero1
18-Sep-2014, 03:49
ALEK
17 de septiembre de 1939
Instalaciones secretas del departamento científico de Stalingrado.
-Ante todo, quisiera desearle feliz viaje, camarada -dijo el doctor al soldado ruso que se hubo presentado voluntario al experimento, por el bien de la Patria-. Permanecerá en criogenia en esta cápsula. Le reanimaremos después de tres años de hibernación. Si los resultados son positivos, nuestro gran líder y régimen político podrán perdurar en el tiempo gracias a su colaboración.
-Es un honor para mí -balbuceó el joven de ojos azules y pelo rubio, tumbado desnudo dentro de la monstruosa máquina de tuberías con válvulas mientras los asistentes sanitarios le colocaban los electrodos, las distintas vías a los aparatos de reanimación asistida y la mascarilla de oxígeno, finalmente.
-Puede estar tranquilo, camarada Alek, porque su familia recibirá una generosa paga por sus servicios -repuso el doctor, revisando los tanques de nitrógeno, próximos del colosal computador instalado en el bunker subterráneo-. Bien, comencemos entonces. Cierren la compuerta de la cápsula -ordenó a los auxiliares.
2 de febrero de 1943 (http://es.wikipedia.org/wiki/1943)
La cuidad está arrasada y el proyecto experimental olvidado. Así como los científicos responsables han muerto por los bombardeos de la contienda, el bunker quedó sepultado por los escombros.
17 de septiembre de 2039
Los tanques de combustible del generador de electricidad se han agotado. El depósito de reserva sirve para que el gigantesco computador de luces parpadeantes con cintas en movimiento inicie el proceso de reanimación de emergencia del humano que hay en la cápsula de frío.
El cilindro neumático abre despacio la compuerta metálica, resquebrando el hielo que lo cubre. El computador gestiona el correcto funcionamiento de los aparatos de animación conectados al joven que poco a poco despierta del sueño invernal. Tras varios minutos Alek recupera la conciencia y abre los doloridos ojos. Se incorpora despacio, apoyando los brazos en el ataúd mecánico, observa las vías intravenosas a las bolsas de suero que cuelgan cerca y divaga en los recuerdos.
-Por… -susurró a duras penas- el… bien… de la Patria… ¡No!
Recordó entonces a su padre, Mijail, el doctor encargado del examen médico a los soldados que se presentaron voluntarios al experimento. Su madre, Anastasia, trabajaba en el departamento de inteligencia militar, quien para nada creía en el frágil acuerdo firmado con los alemanes, fue la responsable de la selección del candidato idóneo del frío. Su hermano, Aleksei, espía, aprovechó la guerra para eliminar a todos los científicos del proyecto y cualquier rastro existente de la documentación. Pero sobre todo Alek anhelaba en aquel despertar a su preciosa novia, Natacha, enfermera que le dio todo su apoyo cuando le diagnosticaron el cáncer. Todos movieron los hilos de sus contactos y manipularon pruebas para Alek.
-Gracias a todos… espero que el esfuerzo no fuera en vano… Ahora sólo quiero que en este siglo exista una cura para mi enfermedad… -susurró, haciendo memoria de los lingotes de oro escondidos.
17 de septiembre de 1939
Instalaciones secretas del departamento científico de Stalingrado.
-Ante todo, quisiera desearle feliz viaje, camarada -dijo el doctor al soldado ruso que se hubo presentado voluntario al experimento, por el bien de la Patria-. Permanecerá en criogenia en esta cápsula. Le reanimaremos después de tres años de hibernación. Si los resultados son positivos, nuestro gran líder y régimen político podrán perdurar en el tiempo gracias a su colaboración.
-Es un honor para mí -balbuceó el joven de ojos azules y pelo rubio, tumbado desnudo dentro de la monstruosa máquina de tuberías con válvulas mientras los asistentes sanitarios le colocaban los electrodos, las distintas vías a los aparatos de reanimación asistida y la mascarilla de oxígeno, finalmente.
-Puede estar tranquilo, camarada Alek, porque su familia recibirá una generosa paga por sus servicios -repuso el doctor, revisando los tanques de nitrógeno, próximos del colosal computador instalado en el bunker subterráneo-. Bien, comencemos entonces. Cierren la compuerta de la cápsula -ordenó a los auxiliares.
2 de febrero de 1943 (http://es.wikipedia.org/wiki/1943)
La cuidad está arrasada y el proyecto experimental olvidado. Así como los científicos responsables han muerto por los bombardeos de la contienda, el bunker quedó sepultado por los escombros.
17 de septiembre de 2039
Los tanques de combustible del generador de electricidad se han agotado. El depósito de reserva sirve para que el gigantesco computador de luces parpadeantes con cintas en movimiento inicie el proceso de reanimación de emergencia del humano que hay en la cápsula de frío.
El cilindro neumático abre despacio la compuerta metálica, resquebrando el hielo que lo cubre. El computador gestiona el correcto funcionamiento de los aparatos de animación conectados al joven que poco a poco despierta del sueño invernal. Tras varios minutos Alek recupera la conciencia y abre los doloridos ojos. Se incorpora despacio, apoyando los brazos en el ataúd mecánico, observa las vías intravenosas a las bolsas de suero que cuelgan cerca y divaga en los recuerdos.
-Por… -susurró a duras penas- el… bien… de la Patria… ¡No!
Recordó entonces a su padre, Mijail, el doctor encargado del examen médico a los soldados que se presentaron voluntarios al experimento. Su madre, Anastasia, trabajaba en el departamento de inteligencia militar, quien para nada creía en el frágil acuerdo firmado con los alemanes, fue la responsable de la selección del candidato idóneo del frío. Su hermano, Aleksei, espía, aprovechó la guerra para eliminar a todos los científicos del proyecto y cualquier rastro existente de la documentación. Pero sobre todo Alek anhelaba en aquel despertar a su preciosa novia, Natacha, enfermera que le dio todo su apoyo cuando le diagnosticaron el cáncer. Todos movieron los hilos de sus contactos y manipularon pruebas para Alek.
-Gracias a todos… espero que el esfuerzo no fuera en vano… Ahora sólo quiero que en este siglo exista una cura para mi enfermedad… -susurró, haciendo memoria de los lingotes de oro escondidos.