josep
10-Aug-2013, 10:17
Un gran estruendo finiquita la placidez del sueño, la explosión inunda la habitación de luz y humo pestilente. Por pocos segundos mi visión es nula y sin previo aviso cuatro encapuchados se abalanzan sobre mi cama tiñéndome de puntitos rojos el rostro y pecho. A duras penas la tos me permite articular palabra —¿Qué ocurre? ¿Qué pasa?—
Ni puto caso, no contestan, solo actúan. Dos de ellos me incorporan asiéndome por las muñecas con toda la fuerza y violencia de la que son capaces consiguiendo que aúlle de dolor. El primer sujeto libera mi descoyuntada muñeca izquierda una vez asegurado de que el otro individuo une las dos muñecas con una brida eléctrica, me agarra por el pelo tirando de él como si quisiera arrancarlo a la vez que el tercero de ellos utiliza otra brida con mis tobillos mientras el último individuo no ha dejado de apuntarme entre los dos ojos ni un solo instante. Las bridas hacen su trabajo, mi tronco inferior está inmovilizado en su totalidad y el superior parcialmente, excepto mi cabeza.
El coordinado ballet de fuerza y violencia finaliza por el momento.
Intento averiguar quiénes son pero no se distingue ninguna identificación en su negro uniforme, van completamente tapados, incluso nariz y ojos… ¡Agh!, noto un escozor en el cuello, acaban de inyectarme algo que rápidamente hace su efecto, mis ojos se cierran contra mi voluntad en parpadeos muy largos y el cuerpo se pone rígido. Me tienden en el suelo y bloquean mi cuello con una férula que se prolonga por toda mi columna hasta la cintura, cerrándose alrededor de ella. Entre sueños observo cómo me introducen en una especie de bolsa negra acolchada. Son profesionales, no parece que vaya a morir, me han preparado para un viaje… La resaca perdida hace unos minutos retorna a mi cabeza, los ojos ya no se abren.
Todos los paneles holográficos de la ciudad hablan del hacker, incluso los publicitarios, informan sobre un activista del movimiento AmazingAction que ha logrado acceder a información gubernamental sensible y que pone en peligro la seguridad nacional, bla, bla, bla… el resto de información es comecocos para los obedientes ciudadanos y para los incrédulos; una recompensa de 1000 millones de dólares por facilitar datos que culminen en la detención del criminal activista.
Llueve con fuerza y la ciudad está oscurecida por los protocolos de ahorro energético que se producen desde el año pasado. Nuestro mundo esta superpoblado, los recursos alimenticios y energéticos escasean, el transporte privado está prohibido y para colmo han nacido nuevas religiones comandadas por mesías avalados por el gobierno, que aglutinan a parte de la población en guetos controlados.
Manhattan aguanta, con la prepotencia del que se sabe rico, todos esos inconvenientes, ignorantes de que llegaran las consecuencias del caos al que ha estado sometido el planeta. El gobierno sabe que la mascarada no es eterna y que la rebelión se producirá en cualquier momento, siguen empecinados en el error y no pretenden modificar ni un solo milímetro el camino andado hacia el inevitable fin, por ello quieren recurrir a soluciones drásticas, dramáticas....
El hedor me hace caer en la cuenta de que mi huida me ha llevado al antes prospero Barrio Chino, hoy acumulación de desechos orgánicos de la ciudad. Sigue lloviendo intensamente en esta oscura noche, modificando ligeramente la realidad, observo fantasmales figuras que parecen animales arrastrándose por el pringoso suelo… son pobres individuos guarecidos del agua entre los restos de vehículos y cascotes de los edificios, cubiertos con restos de plástico intentando aislarse del frío, personas que han dejado de serlo para pasar a la etapa de animal asustadizo por la llegada de una muerte tan dolorosa como inevitable. Los más lúcidos, alzan su mirada hacia mí aunque solo es curiosidad visual porque ninguno de ellos es capaz de levantarse, ni siquiera de hablar, se han convertido en despojo humano semi inerte fruto de las drogas gubernamentales que pretenden regular la superpoblación, drogas alucinógenas que te hacen sentir ser un super hombre de inagotable energía que incluso olvida alimentarse. Droga que no es droga; es la píldora de la muerte, una sola dosis para convertirte en una bestia sexual, en un potente corredor, en un sabio científico, en… el mejor, una sola toma genera una dependencia irreversible que precisa de su ración cada 6 horas y en tres días se produce un colapso multiorgánico y la muerte. Aquí en el Barrio Chino, se ha realizado la experiencia piloto.
BestLife tendrá éxito. Durante dos años y por todos los medios a su alcance el gobierno la publicitará como el recurso del pobre para conseguir la diversión del rico y… gratis. Dos años para fabricar 1000 millones de dosis, unas horas para distribuirlas y… 3 días para morir.
¡No! Ya no sucederá, el gobierno será desenmascarado y la ciudadanía advertida… por ello me buscan y mi vida peligra. Deben actuar rápidamente y detenerme, si consigo escapar y revelar el secreto el gobierno será desenmascarado y obligado a gastar enormes cantidades de dólares en recursos que difícilmente conseguirá, en programas de reeducación y concienciación para relajar a la población o la sublevación será inminente. Mi captura y posterior ejecución ha de ser inmediata, mañana podré dar a conocer la información conseguida y ellos lo saben, la carrera es contra el reloj, si tengo éxito mi premio es seguir viviendo junto a 1000 millones de personas, si fracaso…
No conseguí colgar la información en ningún lugar, me detectaron demasiado pronto y no pude salvaguardar lo que sé, estoy solo… estoy agotado, necesito descansar, dejar de huir…
Una potente luz daña mis retinas a pesar de tener los ojos cerrados… se oye una voz cercana, que poco a poco se hace entendible.
- Sr. O‘ Yama, sabemos que está despierto, no puede abrir los ojos ni moverse y no se esfuerce en hacerlo, solo conseguirá dolor y este será más intenso cuanto más empeño ponga en no estarse quieto.
Joder, mi agitación parece provocar un gran aplastamiento en mi cabeza amenazando con hacerla estallar… intento calmarme e inmediatamente la presión craneal cede.
- Eso está mejor. Está inmovilizado, acostado en una camilla y conectado a varios equipos que monitorizan todo lo que sucede en su cuerpo manteniéndole con sus constantes vitales en estado óptimo… usted decidirá por cuánto tiempo ha de sufrir esta situación.
Comienzo a reaccionar, la lucidez vuelve despacio y mi mente recupera sus facultades. La persona que habla ha empleado plural por lo que no debe encontrase solo. Desconozco quiénes son y que pretenden pero se han equivocado me han llamado por un nombre con el que no me identifico, aunque me parece familiar.
- Están cometiendo un error… yo no soy esa persona…
- Sr. O‘ Yama, disponemos de los resultados de las pruebas identificadoras, dactilares y oculares, no nos trate como…
Otro individuo interrumpe la conversación —Dr. los sensores advierten que dice la verdad—
- ¡Compruébelo! Es totalmente imposible.
Tras unos extraños ruidos y sus posteriores silencios, el subordinado vuelve a hablar.
- Dr., lo he comprobado tres veces, el software y el hardware están funcionando correctamente.
- ¿No es… O‘ Yama?
- Eso no lo sé, lo que si tengo certeza es que ni siquiera está intentando mentir.
Durante unos instantes no se oye ningún sonido aunque percibo una tensión inesperada que parece haber trastocado algún plan.
- Sr. O‘ Yama, está siendo muy hábil y hay que serlo para poder engañar a nuestros aparatos, no sé como lo ha conseguido pero es cuestión de tiempo y ajustes que nos diga la verdad. Pero vamos a seguir su juego durante unos minutos, ¿quién es usted?
Aunque signifique el final de mi vida no puedo contestar otra cosa —No… ¡no lo sé! —
- Dr. no hay engaño posible, sus vibraciones mentales dan una lectura rotunda, no miente.
- ¡No puede ser!, sin la información sustraída y su confesión o la certeza de que miente no podrá ser ejecutado, es la ley… ha de ser una trampa.
Silencio, este más prolongado, probablemente han transcurrido 10 minutos cuando se aprecia la apertura de una puerta corredera y una tercera persona habla:
- Dr., el sedante ha dañado las neuronas del lóbulo temporal que están relacionadas con la memoria.
- ¿Recuperable?
- Irreversible.
- ¡Mierda, tendremos que soltarle!, no podemos justificar por más tiempo su detención. Todo ha sido grabado y está en conocimiento de la población… Les hemos informado de que era el hacker que buscábamos…
- Dr., aunque fuera O’ Yama los daños en su cerebro son definitivos, no podrá recordar nada jamás. La información debió memorizarla y ahora ha desaparecido, no la tiene, ni la tendrá… Nada ni nadie nos impide ejecutar el plan prefijado, la fase 1 puede comenzar mañana y en dos años…
Transcurridos unos breves instantes, la voz del Dr., ligeramente más pausada añade:
- Reintégrenlo a la habitación donde lo encontraron y emitan una locución en el canal estatal comunicando que hemos recuperado la información sensible que ponía en riesgo la seguridad nacional gracias al arrepentimiento no forzado del Sr. O’ Yama, que ha colaborado voluntariamente y que por ello queda en libertad sin cargos, no olviden pedir disculpas por los problemas causados en el Barrio Chino. La locución ha de terminar diciendo que trabajamos para la seguridad y tranquilidad de todos los ciudadanos.
La conversación se ha desarrollado en mi presencia e intento no sufrir más daños controlando mi agitación, ya tengo suficiente con el daño en mi cerebro… mis pensamientos se ven interrumpidos por un escozor familiar… me han vuelto a sedar, cuando despierte no recordaré nada.
Extraña paradoja sin resolución, ellos no saben quién soy y yo tampoco… pero sé lo que soy y afortunadamente, ellos no podrán reprogramarme.
Ni puto caso, no contestan, solo actúan. Dos de ellos me incorporan asiéndome por las muñecas con toda la fuerza y violencia de la que son capaces consiguiendo que aúlle de dolor. El primer sujeto libera mi descoyuntada muñeca izquierda una vez asegurado de que el otro individuo une las dos muñecas con una brida eléctrica, me agarra por el pelo tirando de él como si quisiera arrancarlo a la vez que el tercero de ellos utiliza otra brida con mis tobillos mientras el último individuo no ha dejado de apuntarme entre los dos ojos ni un solo instante. Las bridas hacen su trabajo, mi tronco inferior está inmovilizado en su totalidad y el superior parcialmente, excepto mi cabeza.
El coordinado ballet de fuerza y violencia finaliza por el momento.
Intento averiguar quiénes son pero no se distingue ninguna identificación en su negro uniforme, van completamente tapados, incluso nariz y ojos… ¡Agh!, noto un escozor en el cuello, acaban de inyectarme algo que rápidamente hace su efecto, mis ojos se cierran contra mi voluntad en parpadeos muy largos y el cuerpo se pone rígido. Me tienden en el suelo y bloquean mi cuello con una férula que se prolonga por toda mi columna hasta la cintura, cerrándose alrededor de ella. Entre sueños observo cómo me introducen en una especie de bolsa negra acolchada. Son profesionales, no parece que vaya a morir, me han preparado para un viaje… La resaca perdida hace unos minutos retorna a mi cabeza, los ojos ya no se abren.
Todos los paneles holográficos de la ciudad hablan del hacker, incluso los publicitarios, informan sobre un activista del movimiento AmazingAction que ha logrado acceder a información gubernamental sensible y que pone en peligro la seguridad nacional, bla, bla, bla… el resto de información es comecocos para los obedientes ciudadanos y para los incrédulos; una recompensa de 1000 millones de dólares por facilitar datos que culminen en la detención del criminal activista.
Llueve con fuerza y la ciudad está oscurecida por los protocolos de ahorro energético que se producen desde el año pasado. Nuestro mundo esta superpoblado, los recursos alimenticios y energéticos escasean, el transporte privado está prohibido y para colmo han nacido nuevas religiones comandadas por mesías avalados por el gobierno, que aglutinan a parte de la población en guetos controlados.
Manhattan aguanta, con la prepotencia del que se sabe rico, todos esos inconvenientes, ignorantes de que llegaran las consecuencias del caos al que ha estado sometido el planeta. El gobierno sabe que la mascarada no es eterna y que la rebelión se producirá en cualquier momento, siguen empecinados en el error y no pretenden modificar ni un solo milímetro el camino andado hacia el inevitable fin, por ello quieren recurrir a soluciones drásticas, dramáticas....
El hedor me hace caer en la cuenta de que mi huida me ha llevado al antes prospero Barrio Chino, hoy acumulación de desechos orgánicos de la ciudad. Sigue lloviendo intensamente en esta oscura noche, modificando ligeramente la realidad, observo fantasmales figuras que parecen animales arrastrándose por el pringoso suelo… son pobres individuos guarecidos del agua entre los restos de vehículos y cascotes de los edificios, cubiertos con restos de plástico intentando aislarse del frío, personas que han dejado de serlo para pasar a la etapa de animal asustadizo por la llegada de una muerte tan dolorosa como inevitable. Los más lúcidos, alzan su mirada hacia mí aunque solo es curiosidad visual porque ninguno de ellos es capaz de levantarse, ni siquiera de hablar, se han convertido en despojo humano semi inerte fruto de las drogas gubernamentales que pretenden regular la superpoblación, drogas alucinógenas que te hacen sentir ser un super hombre de inagotable energía que incluso olvida alimentarse. Droga que no es droga; es la píldora de la muerte, una sola dosis para convertirte en una bestia sexual, en un potente corredor, en un sabio científico, en… el mejor, una sola toma genera una dependencia irreversible que precisa de su ración cada 6 horas y en tres días se produce un colapso multiorgánico y la muerte. Aquí en el Barrio Chino, se ha realizado la experiencia piloto.
BestLife tendrá éxito. Durante dos años y por todos los medios a su alcance el gobierno la publicitará como el recurso del pobre para conseguir la diversión del rico y… gratis. Dos años para fabricar 1000 millones de dosis, unas horas para distribuirlas y… 3 días para morir.
¡No! Ya no sucederá, el gobierno será desenmascarado y la ciudadanía advertida… por ello me buscan y mi vida peligra. Deben actuar rápidamente y detenerme, si consigo escapar y revelar el secreto el gobierno será desenmascarado y obligado a gastar enormes cantidades de dólares en recursos que difícilmente conseguirá, en programas de reeducación y concienciación para relajar a la población o la sublevación será inminente. Mi captura y posterior ejecución ha de ser inmediata, mañana podré dar a conocer la información conseguida y ellos lo saben, la carrera es contra el reloj, si tengo éxito mi premio es seguir viviendo junto a 1000 millones de personas, si fracaso…
No conseguí colgar la información en ningún lugar, me detectaron demasiado pronto y no pude salvaguardar lo que sé, estoy solo… estoy agotado, necesito descansar, dejar de huir…
Una potente luz daña mis retinas a pesar de tener los ojos cerrados… se oye una voz cercana, que poco a poco se hace entendible.
- Sr. O‘ Yama, sabemos que está despierto, no puede abrir los ojos ni moverse y no se esfuerce en hacerlo, solo conseguirá dolor y este será más intenso cuanto más empeño ponga en no estarse quieto.
Joder, mi agitación parece provocar un gran aplastamiento en mi cabeza amenazando con hacerla estallar… intento calmarme e inmediatamente la presión craneal cede.
- Eso está mejor. Está inmovilizado, acostado en una camilla y conectado a varios equipos que monitorizan todo lo que sucede en su cuerpo manteniéndole con sus constantes vitales en estado óptimo… usted decidirá por cuánto tiempo ha de sufrir esta situación.
Comienzo a reaccionar, la lucidez vuelve despacio y mi mente recupera sus facultades. La persona que habla ha empleado plural por lo que no debe encontrase solo. Desconozco quiénes son y que pretenden pero se han equivocado me han llamado por un nombre con el que no me identifico, aunque me parece familiar.
- Están cometiendo un error… yo no soy esa persona…
- Sr. O‘ Yama, disponemos de los resultados de las pruebas identificadoras, dactilares y oculares, no nos trate como…
Otro individuo interrumpe la conversación —Dr. los sensores advierten que dice la verdad—
- ¡Compruébelo! Es totalmente imposible.
Tras unos extraños ruidos y sus posteriores silencios, el subordinado vuelve a hablar.
- Dr., lo he comprobado tres veces, el software y el hardware están funcionando correctamente.
- ¿No es… O‘ Yama?
- Eso no lo sé, lo que si tengo certeza es que ni siquiera está intentando mentir.
Durante unos instantes no se oye ningún sonido aunque percibo una tensión inesperada que parece haber trastocado algún plan.
- Sr. O‘ Yama, está siendo muy hábil y hay que serlo para poder engañar a nuestros aparatos, no sé como lo ha conseguido pero es cuestión de tiempo y ajustes que nos diga la verdad. Pero vamos a seguir su juego durante unos minutos, ¿quién es usted?
Aunque signifique el final de mi vida no puedo contestar otra cosa —No… ¡no lo sé! —
- Dr. no hay engaño posible, sus vibraciones mentales dan una lectura rotunda, no miente.
- ¡No puede ser!, sin la información sustraída y su confesión o la certeza de que miente no podrá ser ejecutado, es la ley… ha de ser una trampa.
Silencio, este más prolongado, probablemente han transcurrido 10 minutos cuando se aprecia la apertura de una puerta corredera y una tercera persona habla:
- Dr., el sedante ha dañado las neuronas del lóbulo temporal que están relacionadas con la memoria.
- ¿Recuperable?
- Irreversible.
- ¡Mierda, tendremos que soltarle!, no podemos justificar por más tiempo su detención. Todo ha sido grabado y está en conocimiento de la población… Les hemos informado de que era el hacker que buscábamos…
- Dr., aunque fuera O’ Yama los daños en su cerebro son definitivos, no podrá recordar nada jamás. La información debió memorizarla y ahora ha desaparecido, no la tiene, ni la tendrá… Nada ni nadie nos impide ejecutar el plan prefijado, la fase 1 puede comenzar mañana y en dos años…
Transcurridos unos breves instantes, la voz del Dr., ligeramente más pausada añade:
- Reintégrenlo a la habitación donde lo encontraron y emitan una locución en el canal estatal comunicando que hemos recuperado la información sensible que ponía en riesgo la seguridad nacional gracias al arrepentimiento no forzado del Sr. O’ Yama, que ha colaborado voluntariamente y que por ello queda en libertad sin cargos, no olviden pedir disculpas por los problemas causados en el Barrio Chino. La locución ha de terminar diciendo que trabajamos para la seguridad y tranquilidad de todos los ciudadanos.
La conversación se ha desarrollado en mi presencia e intento no sufrir más daños controlando mi agitación, ya tengo suficiente con el daño en mi cerebro… mis pensamientos se ven interrumpidos por un escozor familiar… me han vuelto a sedar, cuando despierte no recordaré nada.
Extraña paradoja sin resolución, ellos no saben quién soy y yo tampoco… pero sé lo que soy y afortunadamente, ellos no podrán reprogramarme.