Sikus
17-Jun-2013, 11:45
Una gran sátira al mundo capitalista, solo así se puede definir Leyes de Mercado de Richard Morgan. Un libro que nos propone el siguiente argumento, en un futuro no demasiado lejano, en el año 2041, la tierra está gobernada por poderosas multinacionales.
Pese a que todavía existen los gobiernos, estos no son más que títeres en manos de ejecutivos ambiciosos y agresivos. Tan agresivos que los contratos mercantiles ya no se disputan en una sala de reuniones.
En este futuro distopico, si un ejecutivo desea conseguir ese contrato, debe participar en una carrera donde todo vale, incluso matar al adversario. Los coches se han convertido en autenticas maquinas de matar.
Chris Faulkner, protagonista de esta historia, es uno de estos jóvenes ejecutivos. El detesta este modo de vida. No obstante, se ha labrado una gran reputación y gracias a ello es contratado por una de las multinacionales más poderosas. Su puesto de trabajo será en el departamento de inversión de conflictos.
A partir de ese momento, veremos el deterioro moral de Chris. Como poco a poco va desciendo es una espiral de violencia, drogas y sexo, introduciéndose cada vez en un mundo que odia pero a la vez le hace sentir poderoso.
Que el protagonista pertenezca a la elite social, a esa elite que domina el mundo y hace lo que quiere con él, no está escogido al azar.
Richard Morgan realiza una gran sátira del mundo capitalista y sobre todo el ejecutivo agresivo, quiere llevar el capitalismo a su extremo más salvaje, donde todo vale por el dinero, incluso matar.
El protagonista tiene en sus manos poder cambiar el mundo que le rodea, intentar cambiar las cosas desde dentro, hacer del mundo un lugar mejor. No es nadie importante, pero el sistema no oprime al protagonista. Chris tiene la suficiente libertad para decidir qué puede hacer y no.
Pero en lugar de ello, se deja llevar por el ambiente decadente y agresivo que le rodea, al principio intenta mantenerse firme, pero poco a poco se va volviendo tan agresivo o más que sus compañero. Solo le importa el poder y el dinero, nada más.
Y es que no hay ningún héroe en esta novela, todos los personajes tiene su lado positivo y su lado negativo. No predominan ni blanco ni negro, toda la novela es gris, donde es el lector el que debe decidir si es moralmente aceptable lo que hacen sus protagonistas.
Esa es una de las grandezas de este libro, el autor no juzga, solo enseña. Nos muestra su visión de cómo puede llegar a ser el capitalismo más salvaje, donde el ser humano solo vale por el cargo que tiene.
Aunque hay que reconocer que a veces Leyes de Mercado peca de ser demasiado exagerada. El autor a veces se pasa de rosca mostrando violencia y sexo gratuito, Richard Morgan en ese afán de satirizar al ejecutivo agresivo, a veces nos mostrara pasajes que nos harán salirnos de la novela.
Realmente es un libro que no nos podemos pretender tomar en serio al 100%, ya que la finalidad del autor es realizar una sátira del mundo actual, no mostrarnos un mundo realista en cada detalle.
Así que si obviamos esos excesos y nos centramos en disfrutar de la visión extrema que nos muestra el autor nos encontraremos un libro muy interesante y ameno. La novela es ágil y se lee sin grandes problemas. Si uno entra en la historia, le engancha desde un principio.
Esta novela no da un ni un minuto de respiro, el ritmo es ligero, en ningún momento el autor busca aburrirnos con pesadas descripciones, nos explica lo mínimo que debemos saber para continuar con la historia y así poder continuar la acción.
El vocabulario usado por el autor es sencillo y claro sin demasiados tecnicismos, ninguno de los protagonistas es científico o similar, así que los detalles técnicos son explicados mínimamente.
En Leyes de Mercado la tecnología no juega un gran papel, simplemente está presente durante la novela en forma de electrodomésticos y poco más. Richard Morgan quiere que lector se centre en lo que pasa, no en recrear una tecnología que poco aporta historia.
Los diálogos son frescos y rápidos, en alguna ocasión nos recordaran a los diálogos de alguna de las películas de Tarantino. De hecho, según palabras del propio autor, la idea primigenia de esta historia iba a ser un guion que más tarde pasaría a comic y finalmente a novela.
Eso se nota en las pocas descripciones que hay en la novela, con unas pocas líneas nos pone en situaciones, creando en nuestra imaginación imágenes visualmente potentes.
Dentro del género de la ciencia ficción, Leyes de Mercado, es una novela de ciencia ficción algo atípica. La acción que transcurre en la novela podría pasar en nuestros días sin ningún tipo de problema.
Es una distopia con claras influencias de 1984 o Las torres del olvido. Richard Morgan busca explicarnos que le sucede a los personajes y las elecciones que toman, no recrear un mundo futurista con grandes avances tecnológicos.
El situarlo en un futuro tan cercano permite al autor agravar los problemas actuales como son la lucha de clases, la diferencias sociales o el capitalismo salvaje. Por contra los avances tecnológicos apenas estén presentes en la novela y que estos sean muy escasos .
Y es que el tema central de la novela es ver cómo actúan los personajes ante un mundo donde domina el capitalismo salvaje o la brutal diferencia social entre ricos y pobres. El autor quiere que horroricemos con la situaciones que se plantean, por otra parte muy cercanas, ya que transcurren en un futuro muy cercano.
No es una de las grandes obras del genero de la ciencia-ficción, de hecho para algunos estaría considerado más como un libro futurista , pero es un libro muy recomendable si buscamos algo diferente, actual y con un buen ritmo narrativo.
Si el lector entra en el juego que propone Richard Morgan, disfrutara de esta novela, pues entretenimiento en estado puro.
Pese a que todavía existen los gobiernos, estos no son más que títeres en manos de ejecutivos ambiciosos y agresivos. Tan agresivos que los contratos mercantiles ya no se disputan en una sala de reuniones.
En este futuro distopico, si un ejecutivo desea conseguir ese contrato, debe participar en una carrera donde todo vale, incluso matar al adversario. Los coches se han convertido en autenticas maquinas de matar.
Chris Faulkner, protagonista de esta historia, es uno de estos jóvenes ejecutivos. El detesta este modo de vida. No obstante, se ha labrado una gran reputación y gracias a ello es contratado por una de las multinacionales más poderosas. Su puesto de trabajo será en el departamento de inversión de conflictos.
A partir de ese momento, veremos el deterioro moral de Chris. Como poco a poco va desciendo es una espiral de violencia, drogas y sexo, introduciéndose cada vez en un mundo que odia pero a la vez le hace sentir poderoso.
Que el protagonista pertenezca a la elite social, a esa elite que domina el mundo y hace lo que quiere con él, no está escogido al azar.
Richard Morgan realiza una gran sátira del mundo capitalista y sobre todo el ejecutivo agresivo, quiere llevar el capitalismo a su extremo más salvaje, donde todo vale por el dinero, incluso matar.
El protagonista tiene en sus manos poder cambiar el mundo que le rodea, intentar cambiar las cosas desde dentro, hacer del mundo un lugar mejor. No es nadie importante, pero el sistema no oprime al protagonista. Chris tiene la suficiente libertad para decidir qué puede hacer y no.
Pero en lugar de ello, se deja llevar por el ambiente decadente y agresivo que le rodea, al principio intenta mantenerse firme, pero poco a poco se va volviendo tan agresivo o más que sus compañero. Solo le importa el poder y el dinero, nada más.
Y es que no hay ningún héroe en esta novela, todos los personajes tiene su lado positivo y su lado negativo. No predominan ni blanco ni negro, toda la novela es gris, donde es el lector el que debe decidir si es moralmente aceptable lo que hacen sus protagonistas.
Esa es una de las grandezas de este libro, el autor no juzga, solo enseña. Nos muestra su visión de cómo puede llegar a ser el capitalismo más salvaje, donde el ser humano solo vale por el cargo que tiene.
Aunque hay que reconocer que a veces Leyes de Mercado peca de ser demasiado exagerada. El autor a veces se pasa de rosca mostrando violencia y sexo gratuito, Richard Morgan en ese afán de satirizar al ejecutivo agresivo, a veces nos mostrara pasajes que nos harán salirnos de la novela.
Realmente es un libro que no nos podemos pretender tomar en serio al 100%, ya que la finalidad del autor es realizar una sátira del mundo actual, no mostrarnos un mundo realista en cada detalle.
Así que si obviamos esos excesos y nos centramos en disfrutar de la visión extrema que nos muestra el autor nos encontraremos un libro muy interesante y ameno. La novela es ágil y se lee sin grandes problemas. Si uno entra en la historia, le engancha desde un principio.
Esta novela no da un ni un minuto de respiro, el ritmo es ligero, en ningún momento el autor busca aburrirnos con pesadas descripciones, nos explica lo mínimo que debemos saber para continuar con la historia y así poder continuar la acción.
El vocabulario usado por el autor es sencillo y claro sin demasiados tecnicismos, ninguno de los protagonistas es científico o similar, así que los detalles técnicos son explicados mínimamente.
En Leyes de Mercado la tecnología no juega un gran papel, simplemente está presente durante la novela en forma de electrodomésticos y poco más. Richard Morgan quiere que lector se centre en lo que pasa, no en recrear una tecnología que poco aporta historia.
Los diálogos son frescos y rápidos, en alguna ocasión nos recordaran a los diálogos de alguna de las películas de Tarantino. De hecho, según palabras del propio autor, la idea primigenia de esta historia iba a ser un guion que más tarde pasaría a comic y finalmente a novela.
Eso se nota en las pocas descripciones que hay en la novela, con unas pocas líneas nos pone en situaciones, creando en nuestra imaginación imágenes visualmente potentes.
Dentro del género de la ciencia ficción, Leyes de Mercado, es una novela de ciencia ficción algo atípica. La acción que transcurre en la novela podría pasar en nuestros días sin ningún tipo de problema.
Es una distopia con claras influencias de 1984 o Las torres del olvido. Richard Morgan busca explicarnos que le sucede a los personajes y las elecciones que toman, no recrear un mundo futurista con grandes avances tecnológicos.
El situarlo en un futuro tan cercano permite al autor agravar los problemas actuales como son la lucha de clases, la diferencias sociales o el capitalismo salvaje. Por contra los avances tecnológicos apenas estén presentes en la novela y que estos sean muy escasos .
Y es que el tema central de la novela es ver cómo actúan los personajes ante un mundo donde domina el capitalismo salvaje o la brutal diferencia social entre ricos y pobres. El autor quiere que horroricemos con la situaciones que se plantean, por otra parte muy cercanas, ya que transcurren en un futuro muy cercano.
No es una de las grandes obras del genero de la ciencia-ficción, de hecho para algunos estaría considerado más como un libro futurista , pero es un libro muy recomendable si buscamos algo diferente, actual y con un buen ritmo narrativo.
Si el lector entra en el juego que propone Richard Morgan, disfrutara de esta novela, pues entretenimiento en estado puro.