eusantis
03-Mar-2013, 23:53
Hola, esta es mi crítica a Avatar, por si interesa... la he suavizado un poquillo, porque en mi blog soy un poco más vehemente... :xd: No se si es demasiado larga, y bueno, pues se podría añadir alguna imagen, claro...
Lo he editado más, y quitado opiniones demasiado personales, a ver que tal así!
James Cameron retomó para esta película el tratamiento de un guión en el que empezó a trabajar una década antes de ponerse definitivamente a dar forma a AVATAR, lo cual hizo en cuanto consideró que la tecnología cinematográfica estaba a la altura de sus expectativas para esta historia. El "humus" del que se alimentó la mente de Cameron para dar forma a AVATAR, como él mismo ha reconocido ampliamente, es el de las novelas de ciencia ficción de la edad dorada de este tipo de literatura, que surgieron allá por mediados del siglo XX (Asimov, Heinlein, Anderson, Clarke, etc...), así como las aventuras de John Carter, de Edgar Rice Burroughs. Nuestro Jim era un adolescente bastante freak, consumidor de todo este tipo de novelas.
Después de unos inicios cinematográficos un tanto tambaleantes, James Cameron llamó la atención de propios y extraños a raíz del clásico ochentero de ciencia ficción,TERMINATOR, película que con un modesto presupuesto planteó un thriller de ci-fi que sigue viéndose con interés hoy en día.
Y claro, este éxito, consolidado con su más que digna participación en la saga ALIEN, le dio vía libre para seguir imaginando escenarios fílmicos en los que poder plasmar algún día todas esas visiones que poblaban su mente desde su adolescencia. (Una primera parada en el camino a AVATAR fue su corto de 1978, Xenogenesis, del que el director canadiense ha hablado a finales del 2012, presentándolo como prueba de que los orígenes de AVATAR, que ya se pueden anticipar en dicho corto, se remontan a muchos años atrás).
El amor a este género, unas necesidades espirituales genuinas nacidas de la voluntad de querer rendir tributo a la ciencia ficción a través de su visión y capacidades cinematográficas, son la materia prima con la que James Cameron ha construido AVATAR. Y mi intención con este artículo es desmontar la muy abundante amalgama de inexactitudes opinadas sobre AVATAR a lo largo de estos años.
Voy a vertebrar el resto de este artículo en torno a las controversias generadas por la película de James Cameron. Son por muchos conocidas, ya que en la misma Wikipedia de la película hablan de ellas.
La más sorprendente quizá la de los comunistas de San Petersburgo, presentando ante la fiscalía rusa una demanda para la detención del cineasta canadiense por copiar las ideas de la ciencia ficción soviética para dar vida a su luna de PANDORA. Y así llegamos a uno de los ataques más repetitivos y cansinos que se le ha hecho a la película. La falta de originalidad, copia de ideas, pastiche de otras cintas, en suma, PLAGIO. Lo cierto es que hay elementos del Solaris de Stanislaw Lem (llevada al cine por Andrey Tartovsky de forma muy interesante) en la Pandora de Cameron. Pero nada que incite a pensar de forma tan neurótica.
Lo cierto es que son tantas las cosas que se han dicho y escrito en base a todo esto que sólo por eso uno no puede dejar de sospechar que hay intereses ocultos en promover la falta de originalidad y de genialidad de AVATAR. Y, efectivamente, parece que los hay. Y lo más sorprendente es que los hay desde posiciones tan equidistantes como ésta que comento arriba de los comunistas soviéticos y la de la Iglesia, que no dudó en calificar a AVATAR como película para nada recomendable. Este es un tema que por si mismo daría para un artículo muy extenso, y se resume en el MIEDO que siente la Iglesia, ante su caduca inoperancia en responder a las nuevas necesidades espirituales del mundo, a que otros medios la sustituyan como fuente de moral y costumbres. Pues bien, esto es justo lo que está pasando. Y lo malo no es que la Iglesia deje poco a poco de ser fuente de moral. Lo malo es que mucha gente se encuentra perdida sin encontrar nada que sustituya esos valores morales, y cuando hay algo que los contiene, lo atacan, como los prisioneros que tienen miedo a la luz.
Es una ley de la naturaleza que la religión sea una etapa muy importante en la evolución de toda civilización. Pero llega un momento en el que el ser humano madura y se suelta de la mano de la religión para explorar el mundo sin tanto miedo. En este proceso hay una sustitución paulatina de la religión por otros medios espirituales que sean capaces de llenar los huecos que la religión ya no llena.
A raíz de todo esto se ha dicho de Avatar que está llena de simbolismos ocultos. Básicamente esto es una tontería bastante grande. Simbolismos… puede ser, claro, pero… ¿Ocultos? esto ya suena a "conspiración judeo-masónica".
No. El atractivo que pueda tener AVATAR, el sosiego para el espíritu de los que somos capaces de ver y recibir el mensaje de esta historia, no tiene nada de oscuro, oculto ni extraordinario. Se trata sencillamente de un bello y magistralmente producido film de ciencia ficción y Space Opera. Todos los descalificativos o simbolismos ocultos que por tanto se le quieran asociar a esta película ya existen de forma más o menos explícita en todo este tipo de cine y literatura de ciencia ficción y fantasía. El Viaje del Héroe, el simbolismo cristiano... ese tipo de cosas no las inventa AVATAR y no son una novedad. En el mismo cristianismo, los simbolismos vienen de más atrás en el tiempo, de los mitos egipcios y babilónicos. Así funciona el arte de contar historias. Y AVATAR no es más que una nueva historia. Lo que pone a esta película en la picota es EL MODO en que se cuenta, haciendo uso de la vanguardia de la tecnología de nuestros días para contar historias. Es como si nos contara el mito del diluvio el cuenta-cuentos más sobresaliente de la antigüedad. Y las historias tienen que ser, antes que nada, entretenidas.
Se ha dicho que AVATAR era un plagio de BAILANDO CON LOBOS (DANCES WITH WOLVES). El sólido argumento utilizado para ello es que ambas historias se parecen. Por supuesto. Entonces el ARTE en general, no es concebible. Nada existe que sea original, porque todo es plagio. Star Wars es un plagio de películas de Kurosawa, por ejemplo, para empezar y no parar con las neurosis de este tipo. Y el mismo tipo de neuróticamente malintencionadas conexiones podría hacerse en casi cualquier ámbito del Arte, y sobre cualquier obra. Bailando con lobos, para empezar, no es una película original, como sí lo es AVATAR en cuanto a su guión. Bailando con lobos es un guión adaptado de la novela de Michael Blake, quien a su vez se inspiró en otra serie de escritos, vivencias biográficas o datos de diversa índole que, moldeados por su imaginación, dieron en recrear lo que fue un libro que inspiró una película maravillosa que tiene parecidos razonables con otra película aún más maravillosa. El Arte funciona así, es un ciclo continuo de recreación de lo que ya existe, añadiéndose en cada vuelta sutiles elementos que van cincelando nuevos puntos de vista de modelos universales y atemporales. Es una forma de funcionar no muy diferente a la del método científico. Y con la ciencia hemos topado, tan maltratada e injustamente vilipendiada en el acervo cultural de los medios informativos del mundo occidental, desde las historietas de dibujos animados que siempre tienden a tratar al científico como un chiflado malvado de bata blanca.
Huelga señalar que James Cameron es una persona con muy marcados intereses científicos. Podríamos decir de él que es un librepensador, la versión moderna de un humanista. Y ha tenido la oportunidad de hacer llegar su visión a otra gente a través del cine. El carácter épico que tanto gusta en el mundo anglosajón, pero que tanto suele resbalar a la pedestre sociedad latina (con todas las excepciones del mundo, pues ahora estoy generalizando), ha llevado al cine norteamericano a plasmar en la pantalla un tipo de historias, respaldadas además por la fortaleza de su economía, que no escatima en medios de producción, que son el equivalente de nuestros días al de los mejores contadores de historias y de los mejores frescos, pinturas, tallas, relieves y estatuas de la antigüedad. Este es el tipo de cine que a mí me gusta. Y a la gente a la que nos gusta ese tipo de cine nos ha encantado AVATAR. Eso no evita que yo pueda disfrutar de historias más sencillas y locales, más recogidas e introspectivas, menos épicas, ese tipo de cine que tanto gusta aquí. Sin embargo, no suele ser común lo opuesto. Es decir, es bastante difícil que el típico crítico de cine de medios informativos tales como EL PAIS, EL MUNDO, ABC, FOTOGRAMAS, etc, etc, sea capaz de ver con un mínimo de objetividad el valor de producciones descomunales que atentan directamente contra el corazón de la concepción de lo que es el cine para ese tipo de críticos. Eso invalida, a mi juicio, el valor de cualquier tipo de opinión que semejantes autoproclamados críticos puedan verter sobre películas que a mí si me gustan.
En fin, lo dicho para Bailando con Lobos vale, exactamente igual por supuesto, para POCAHONTAS, y cualquier otra obra con la que se haya querido menoscabar, en base a ridículas acusaciones de plagio, el valor como película de AVATAR, con UNA POSIBLE EXCEPCIÓN: el cuento de ciencia ficción CALL ME JOE, de Paul Anderson. Les dejo a ustedes investigar en internet acerca de este cuento, pero lo cierto es que aquí las similitudes sí son dignas de tener en cuenta e incitan a pensar en el cuento de Poul Anderson como fuente directa de la que ha podido beber Cameron para idear su AVATAR. Nada ilegítimo, por otra parte, ya que lo que he dicho arriba sobre cómo funciona el Arte también vale para esto. Aunque aquí las similitudes son tan obvias que quizá no habría estado de más el reconocimiento a dicho cuento en los créditos de la película, como no otra cosa que una de las fuentes principales en las que se basa la historia de Cameron. En cualquier caso no estoy seguro de que haya sido inspirado conscientemente. Y nadie le obliga a citar las fuentes de su inspiración, si no quiere. Repito: si en el camino se termina por hacer algo bello y genuino, es así como funciona el Arte. Y sí, AVATAR es a todas luces algo bello y genuino.
Todos los apartados de la película armonizan entre sí como si todo fuera una ópera en la que cada parte funciona a la perfección. Aunque yo destacaría especialmente uno de los mejores trabajos del compositor de la banda sonora, James Horner, y otro de los apartados donde más brilla AVATAR, el de la fotografía, unida aquí al diseño de producción de un nuevo mundo. Un mundo nuevo presentado ante los ojos de un espectador maravillado. El mundo ficticio más sólido jamás creado por el cine. No sólo visualmente, sino también argumentalmente, a través de un concienzudo y sorprendentemente detallado estudio científico de la física del entorno de Pandora, plasmada en multitud de detalles a lo largo de la película que escaparán en un primer visionado al espectador medio. Este es el tipo de detalles que el fanfarrón vocinglero ignora por completo.
Pero más allá de los datos científicos, como historia capaz de llegar al espíritu, AVATAR vuelve a sobresalir. La necedad del que se encierra en si mismo, dentro de sus propios argumentos negativos, por un lado, y la oferta demasiado amplia de todo tipo de productos audiovisuales desde muy temprana edad por otro, están convirtiéndonos en una sociedad triste y predecible, sobre-informada y sobre-excitada mediáticamente, que está perdiendo la capacidad para saber sorprenderse cuando merece la pena sorprenderse por algo. Así, llegamos a confundir lo que realmente vale con lo que no. Y Avatar es el tipo de película que llega incluso a enfadar e intranquilizar a muchos espectadores que intuyen que deberían emocionarse al verla, pero son incapaces de hacerlo. Se trata de la pérdida de ilusión, de una enfermedad de la mente moderna que me parece realmente terrible, sobre todo en los niños.
Pero lo cierto es que el guión de AVATAR está lleno de detalles que te dejan adivinar una historia compleja y maravillosa detrás de cada escena. Un algo que palpita en todo el escenario del mundo de Pandora.
Apenas brilló en los premios Oscar, porque es una película incómoda y políticamente incorrecta para la típica mentalidad conservadora norteamericana. Sólo se le concedió alguno de los más técnicos. Lo cito como anécdota, ya que yo, personalmente, le concedo poco valor a las estatuillas doradas, por las que tanta gente pierde el culo cuando las gana, incluido el propio Cameron.
En cuanto a los avances técnicos que ha supuesto AVATAR, la gente suele quedarse sólo en la orilla, es decir, con lo relativo al 3D. Pero es mucho, muchísimo más lo que ha traído esta película. Como técnico superior en realización audiovisual, recomiendo encarecidamente ver los documentales y cortos de rodaje de AVATAR. Para cualquier realizador-montador, el corto de producción sobre la edición en AVATAR ofrece una perspectiva de la profesión de montador de cine absolutamente nueva y revolucionaria, que puede ser el estándar el día de mañana.
Fusionar esta forma de editar con la técnica de captura de movimiento y expresión de los actores ideada para esta película, ha ofrecido a Cameron, tras no pocos esfuerzos personales y colectivos, posibilidades únicas para el uso de las interpretaciones de los actores de personajes pregenerados por ordenador (en base a modelos pictóricos y escultóricos) en entornos audiovisuales únicos. AVATAR es moldear la realidad para que se acomode a la historia que estás contando. Es una nueva forma de hacer cine que lleva al máximo las herramientas creativas de nuestro tiempo. Y, teniendo en cuenta que durante la producción todos los profesionales implicados aprendieron todo prácticamente sobre la marcha, la segunda parte, con un tiempo considerable añadido para hacer mejorar los aspectos técnicos, y con una idea más clara de cómo hacer lo que quieren, puede ofrecernos un nuevo viaje a Pandora tan o más sorprendente que el de la primera película.
En cuanto a la técnica de captura de movimiento en sí, los actores deben a James Cameron la continuidad de su profesión dentro de las nuevas tecnologías informáticas llevadas a la gran pantalla. En un mundo donde los actores venían siendo cada vez más (sobre todo en las producciones fantásticas y de ficción), sustituidos por animaciones, limitándose a interpretar sólo con la voz, la captura de movimiento ha conseguido que su actuación corporal y gestual, su expresión real, siga siendo muy importante en todo este tipo de cine. En cierto sentido, en sets con elementos decorativos minimalistas, donde los fondos son generados casi todos por ordenador, pero donde Cameron ha conseguido que la interpretación real del actor siga siendo trascendental, esta nueva forma de hacer cine es sorprendentemente parecida a hacer teatro. Paradójicamente, la tecnología más avanzada significa una vuelta a los orígenes.
El mensaje de fondo ECOLOGISTA, que sirve a la historia antes que ser una excusa en la que escudarse para dar mayor importancia a Avatar, está plasmado de forma inteligentemente contundente, sirviendo la película para denunciar conductas absolutamente execrables que se dan actualmente en nuestra sociedad. El giro en que se nos presenta a los invasores alienígenas como humanos está sutil y magistralmente tratado en el guión... todo fluye de forma armoniosa en AVATAR.
Lo más alucinante de todo, como siempre, es que Avatar se ha quedado corta. La realidad será aún mucho más apasionante de lo que la imaginación de los creadores de Pandora y los Na´vi haya podido hacernos ver. En el plazo de tiempo desde que se estrenó el film se han descubierto planetas en el sistema estelar Alfa Centauri, donde se sitúa la acción de AVATAR. Lógicamente, no encontraremos una luna Pandora allí, pero esta historia es una evocación extraordinaria de lo que sin duda podemos acabar encontrando ahí fuera. Decenas de planetas se van descubriendo por doquier cada año, cada vez más y con mejores datos acerca de qué tipo de planetas son. Las exolunas como Pandora no parecen ser algo exclusivo de la fantasía cinematográfica. Pueden existir miles de lunas aptas para la vida, o ya con vida presente en ellas...
Mientras llegamos o no a todos esos nuevos mundos, AVATAR nos invita a soñar con ellos. Y a plantearnos cuestiones morales que no carecen de importancia.
Lo he editado más, y quitado opiniones demasiado personales, a ver que tal así!
James Cameron retomó para esta película el tratamiento de un guión en el que empezó a trabajar una década antes de ponerse definitivamente a dar forma a AVATAR, lo cual hizo en cuanto consideró que la tecnología cinematográfica estaba a la altura de sus expectativas para esta historia. El "humus" del que se alimentó la mente de Cameron para dar forma a AVATAR, como él mismo ha reconocido ampliamente, es el de las novelas de ciencia ficción de la edad dorada de este tipo de literatura, que surgieron allá por mediados del siglo XX (Asimov, Heinlein, Anderson, Clarke, etc...), así como las aventuras de John Carter, de Edgar Rice Burroughs. Nuestro Jim era un adolescente bastante freak, consumidor de todo este tipo de novelas.
Después de unos inicios cinematográficos un tanto tambaleantes, James Cameron llamó la atención de propios y extraños a raíz del clásico ochentero de ciencia ficción,TERMINATOR, película que con un modesto presupuesto planteó un thriller de ci-fi que sigue viéndose con interés hoy en día.
Y claro, este éxito, consolidado con su más que digna participación en la saga ALIEN, le dio vía libre para seguir imaginando escenarios fílmicos en los que poder plasmar algún día todas esas visiones que poblaban su mente desde su adolescencia. (Una primera parada en el camino a AVATAR fue su corto de 1978, Xenogenesis, del que el director canadiense ha hablado a finales del 2012, presentándolo como prueba de que los orígenes de AVATAR, que ya se pueden anticipar en dicho corto, se remontan a muchos años atrás).
El amor a este género, unas necesidades espirituales genuinas nacidas de la voluntad de querer rendir tributo a la ciencia ficción a través de su visión y capacidades cinematográficas, son la materia prima con la que James Cameron ha construido AVATAR. Y mi intención con este artículo es desmontar la muy abundante amalgama de inexactitudes opinadas sobre AVATAR a lo largo de estos años.
Voy a vertebrar el resto de este artículo en torno a las controversias generadas por la película de James Cameron. Son por muchos conocidas, ya que en la misma Wikipedia de la película hablan de ellas.
La más sorprendente quizá la de los comunistas de San Petersburgo, presentando ante la fiscalía rusa una demanda para la detención del cineasta canadiense por copiar las ideas de la ciencia ficción soviética para dar vida a su luna de PANDORA. Y así llegamos a uno de los ataques más repetitivos y cansinos que se le ha hecho a la película. La falta de originalidad, copia de ideas, pastiche de otras cintas, en suma, PLAGIO. Lo cierto es que hay elementos del Solaris de Stanislaw Lem (llevada al cine por Andrey Tartovsky de forma muy interesante) en la Pandora de Cameron. Pero nada que incite a pensar de forma tan neurótica.
Lo cierto es que son tantas las cosas que se han dicho y escrito en base a todo esto que sólo por eso uno no puede dejar de sospechar que hay intereses ocultos en promover la falta de originalidad y de genialidad de AVATAR. Y, efectivamente, parece que los hay. Y lo más sorprendente es que los hay desde posiciones tan equidistantes como ésta que comento arriba de los comunistas soviéticos y la de la Iglesia, que no dudó en calificar a AVATAR como película para nada recomendable. Este es un tema que por si mismo daría para un artículo muy extenso, y se resume en el MIEDO que siente la Iglesia, ante su caduca inoperancia en responder a las nuevas necesidades espirituales del mundo, a que otros medios la sustituyan como fuente de moral y costumbres. Pues bien, esto es justo lo que está pasando. Y lo malo no es que la Iglesia deje poco a poco de ser fuente de moral. Lo malo es que mucha gente se encuentra perdida sin encontrar nada que sustituya esos valores morales, y cuando hay algo que los contiene, lo atacan, como los prisioneros que tienen miedo a la luz.
Es una ley de la naturaleza que la religión sea una etapa muy importante en la evolución de toda civilización. Pero llega un momento en el que el ser humano madura y se suelta de la mano de la religión para explorar el mundo sin tanto miedo. En este proceso hay una sustitución paulatina de la religión por otros medios espirituales que sean capaces de llenar los huecos que la religión ya no llena.
A raíz de todo esto se ha dicho de Avatar que está llena de simbolismos ocultos. Básicamente esto es una tontería bastante grande. Simbolismos… puede ser, claro, pero… ¿Ocultos? esto ya suena a "conspiración judeo-masónica".
No. El atractivo que pueda tener AVATAR, el sosiego para el espíritu de los que somos capaces de ver y recibir el mensaje de esta historia, no tiene nada de oscuro, oculto ni extraordinario. Se trata sencillamente de un bello y magistralmente producido film de ciencia ficción y Space Opera. Todos los descalificativos o simbolismos ocultos que por tanto se le quieran asociar a esta película ya existen de forma más o menos explícita en todo este tipo de cine y literatura de ciencia ficción y fantasía. El Viaje del Héroe, el simbolismo cristiano... ese tipo de cosas no las inventa AVATAR y no son una novedad. En el mismo cristianismo, los simbolismos vienen de más atrás en el tiempo, de los mitos egipcios y babilónicos. Así funciona el arte de contar historias. Y AVATAR no es más que una nueva historia. Lo que pone a esta película en la picota es EL MODO en que se cuenta, haciendo uso de la vanguardia de la tecnología de nuestros días para contar historias. Es como si nos contara el mito del diluvio el cuenta-cuentos más sobresaliente de la antigüedad. Y las historias tienen que ser, antes que nada, entretenidas.
Se ha dicho que AVATAR era un plagio de BAILANDO CON LOBOS (DANCES WITH WOLVES). El sólido argumento utilizado para ello es que ambas historias se parecen. Por supuesto. Entonces el ARTE en general, no es concebible. Nada existe que sea original, porque todo es plagio. Star Wars es un plagio de películas de Kurosawa, por ejemplo, para empezar y no parar con las neurosis de este tipo. Y el mismo tipo de neuróticamente malintencionadas conexiones podría hacerse en casi cualquier ámbito del Arte, y sobre cualquier obra. Bailando con lobos, para empezar, no es una película original, como sí lo es AVATAR en cuanto a su guión. Bailando con lobos es un guión adaptado de la novela de Michael Blake, quien a su vez se inspiró en otra serie de escritos, vivencias biográficas o datos de diversa índole que, moldeados por su imaginación, dieron en recrear lo que fue un libro que inspiró una película maravillosa que tiene parecidos razonables con otra película aún más maravillosa. El Arte funciona así, es un ciclo continuo de recreación de lo que ya existe, añadiéndose en cada vuelta sutiles elementos que van cincelando nuevos puntos de vista de modelos universales y atemporales. Es una forma de funcionar no muy diferente a la del método científico. Y con la ciencia hemos topado, tan maltratada e injustamente vilipendiada en el acervo cultural de los medios informativos del mundo occidental, desde las historietas de dibujos animados que siempre tienden a tratar al científico como un chiflado malvado de bata blanca.
Huelga señalar que James Cameron es una persona con muy marcados intereses científicos. Podríamos decir de él que es un librepensador, la versión moderna de un humanista. Y ha tenido la oportunidad de hacer llegar su visión a otra gente a través del cine. El carácter épico que tanto gusta en el mundo anglosajón, pero que tanto suele resbalar a la pedestre sociedad latina (con todas las excepciones del mundo, pues ahora estoy generalizando), ha llevado al cine norteamericano a plasmar en la pantalla un tipo de historias, respaldadas además por la fortaleza de su economía, que no escatima en medios de producción, que son el equivalente de nuestros días al de los mejores contadores de historias y de los mejores frescos, pinturas, tallas, relieves y estatuas de la antigüedad. Este es el tipo de cine que a mí me gusta. Y a la gente a la que nos gusta ese tipo de cine nos ha encantado AVATAR. Eso no evita que yo pueda disfrutar de historias más sencillas y locales, más recogidas e introspectivas, menos épicas, ese tipo de cine que tanto gusta aquí. Sin embargo, no suele ser común lo opuesto. Es decir, es bastante difícil que el típico crítico de cine de medios informativos tales como EL PAIS, EL MUNDO, ABC, FOTOGRAMAS, etc, etc, sea capaz de ver con un mínimo de objetividad el valor de producciones descomunales que atentan directamente contra el corazón de la concepción de lo que es el cine para ese tipo de críticos. Eso invalida, a mi juicio, el valor de cualquier tipo de opinión que semejantes autoproclamados críticos puedan verter sobre películas que a mí si me gustan.
En fin, lo dicho para Bailando con Lobos vale, exactamente igual por supuesto, para POCAHONTAS, y cualquier otra obra con la que se haya querido menoscabar, en base a ridículas acusaciones de plagio, el valor como película de AVATAR, con UNA POSIBLE EXCEPCIÓN: el cuento de ciencia ficción CALL ME JOE, de Paul Anderson. Les dejo a ustedes investigar en internet acerca de este cuento, pero lo cierto es que aquí las similitudes sí son dignas de tener en cuenta e incitan a pensar en el cuento de Poul Anderson como fuente directa de la que ha podido beber Cameron para idear su AVATAR. Nada ilegítimo, por otra parte, ya que lo que he dicho arriba sobre cómo funciona el Arte también vale para esto. Aunque aquí las similitudes son tan obvias que quizá no habría estado de más el reconocimiento a dicho cuento en los créditos de la película, como no otra cosa que una de las fuentes principales en las que se basa la historia de Cameron. En cualquier caso no estoy seguro de que haya sido inspirado conscientemente. Y nadie le obliga a citar las fuentes de su inspiración, si no quiere. Repito: si en el camino se termina por hacer algo bello y genuino, es así como funciona el Arte. Y sí, AVATAR es a todas luces algo bello y genuino.
Todos los apartados de la película armonizan entre sí como si todo fuera una ópera en la que cada parte funciona a la perfección. Aunque yo destacaría especialmente uno de los mejores trabajos del compositor de la banda sonora, James Horner, y otro de los apartados donde más brilla AVATAR, el de la fotografía, unida aquí al diseño de producción de un nuevo mundo. Un mundo nuevo presentado ante los ojos de un espectador maravillado. El mundo ficticio más sólido jamás creado por el cine. No sólo visualmente, sino también argumentalmente, a través de un concienzudo y sorprendentemente detallado estudio científico de la física del entorno de Pandora, plasmada en multitud de detalles a lo largo de la película que escaparán en un primer visionado al espectador medio. Este es el tipo de detalles que el fanfarrón vocinglero ignora por completo.
Pero más allá de los datos científicos, como historia capaz de llegar al espíritu, AVATAR vuelve a sobresalir. La necedad del que se encierra en si mismo, dentro de sus propios argumentos negativos, por un lado, y la oferta demasiado amplia de todo tipo de productos audiovisuales desde muy temprana edad por otro, están convirtiéndonos en una sociedad triste y predecible, sobre-informada y sobre-excitada mediáticamente, que está perdiendo la capacidad para saber sorprenderse cuando merece la pena sorprenderse por algo. Así, llegamos a confundir lo que realmente vale con lo que no. Y Avatar es el tipo de película que llega incluso a enfadar e intranquilizar a muchos espectadores que intuyen que deberían emocionarse al verla, pero son incapaces de hacerlo. Se trata de la pérdida de ilusión, de una enfermedad de la mente moderna que me parece realmente terrible, sobre todo en los niños.
Pero lo cierto es que el guión de AVATAR está lleno de detalles que te dejan adivinar una historia compleja y maravillosa detrás de cada escena. Un algo que palpita en todo el escenario del mundo de Pandora.
Apenas brilló en los premios Oscar, porque es una película incómoda y políticamente incorrecta para la típica mentalidad conservadora norteamericana. Sólo se le concedió alguno de los más técnicos. Lo cito como anécdota, ya que yo, personalmente, le concedo poco valor a las estatuillas doradas, por las que tanta gente pierde el culo cuando las gana, incluido el propio Cameron.
En cuanto a los avances técnicos que ha supuesto AVATAR, la gente suele quedarse sólo en la orilla, es decir, con lo relativo al 3D. Pero es mucho, muchísimo más lo que ha traído esta película. Como técnico superior en realización audiovisual, recomiendo encarecidamente ver los documentales y cortos de rodaje de AVATAR. Para cualquier realizador-montador, el corto de producción sobre la edición en AVATAR ofrece una perspectiva de la profesión de montador de cine absolutamente nueva y revolucionaria, que puede ser el estándar el día de mañana.
Fusionar esta forma de editar con la técnica de captura de movimiento y expresión de los actores ideada para esta película, ha ofrecido a Cameron, tras no pocos esfuerzos personales y colectivos, posibilidades únicas para el uso de las interpretaciones de los actores de personajes pregenerados por ordenador (en base a modelos pictóricos y escultóricos) en entornos audiovisuales únicos. AVATAR es moldear la realidad para que se acomode a la historia que estás contando. Es una nueva forma de hacer cine que lleva al máximo las herramientas creativas de nuestro tiempo. Y, teniendo en cuenta que durante la producción todos los profesionales implicados aprendieron todo prácticamente sobre la marcha, la segunda parte, con un tiempo considerable añadido para hacer mejorar los aspectos técnicos, y con una idea más clara de cómo hacer lo que quieren, puede ofrecernos un nuevo viaje a Pandora tan o más sorprendente que el de la primera película.
En cuanto a la técnica de captura de movimiento en sí, los actores deben a James Cameron la continuidad de su profesión dentro de las nuevas tecnologías informáticas llevadas a la gran pantalla. En un mundo donde los actores venían siendo cada vez más (sobre todo en las producciones fantásticas y de ficción), sustituidos por animaciones, limitándose a interpretar sólo con la voz, la captura de movimiento ha conseguido que su actuación corporal y gestual, su expresión real, siga siendo muy importante en todo este tipo de cine. En cierto sentido, en sets con elementos decorativos minimalistas, donde los fondos son generados casi todos por ordenador, pero donde Cameron ha conseguido que la interpretación real del actor siga siendo trascendental, esta nueva forma de hacer cine es sorprendentemente parecida a hacer teatro. Paradójicamente, la tecnología más avanzada significa una vuelta a los orígenes.
El mensaje de fondo ECOLOGISTA, que sirve a la historia antes que ser una excusa en la que escudarse para dar mayor importancia a Avatar, está plasmado de forma inteligentemente contundente, sirviendo la película para denunciar conductas absolutamente execrables que se dan actualmente en nuestra sociedad. El giro en que se nos presenta a los invasores alienígenas como humanos está sutil y magistralmente tratado en el guión... todo fluye de forma armoniosa en AVATAR.
Lo más alucinante de todo, como siempre, es que Avatar se ha quedado corta. La realidad será aún mucho más apasionante de lo que la imaginación de los creadores de Pandora y los Na´vi haya podido hacernos ver. En el plazo de tiempo desde que se estrenó el film se han descubierto planetas en el sistema estelar Alfa Centauri, donde se sitúa la acción de AVATAR. Lógicamente, no encontraremos una luna Pandora allí, pero esta historia es una evocación extraordinaria de lo que sin duda podemos acabar encontrando ahí fuera. Decenas de planetas se van descubriendo por doquier cada año, cada vez más y con mejores datos acerca de qué tipo de planetas son. Las exolunas como Pandora no parecen ser algo exclusivo de la fantasía cinematográfica. Pueden existir miles de lunas aptas para la vida, o ya con vida presente en ellas...
Mientras llegamos o no a todos esos nuevos mundos, AVATAR nos invita a soñar con ellos. Y a plantearnos cuestiones morales que no carecen de importancia.