Sikus
20-Nov-2012, 12:00
Hoy en día la industria videojuegos está liderada por Estados Unidos y Japón, aunque Europa empieza a despuntar un poco. Por desgracia España apenas tiene papel en esa industria, cierto es que hay empresas como Mercury Steam, pero son mas una excepción que una norma.
No obstante, esto no ha sido siempre así. Hubo un tiempo en el que nuestro país era el segundo productor europeo de videojuegos, solo superado por Reino Unido. Esa época es conocida como la Edad de oro del software español, edad que duro poco más de una década pero que todavía es recordada con cariño.
Todo comenzó en 1983, con la llegada de los primeros ordenadores personales domésticos, concretamente ZX Spectrum , Amstrad CPC, MSX y Commodore 64. Rápidamente esos ordenadores se hacen con el mercado y centenares de jóvenes empiezan a experimentar con ellos.
Pese a que esos jóvenes desarrollan cantidad de juegos, será La Pulga de Paco Suárez quien dará el pistoletazo de salida a la época dorada. Este juego, consistente en algo tan simple como en una pulga dando saltos que debe escapar de una cueva, es un éxito en Reino unido. Distribuido en tierras anglosajonas por Indescomp, la primera distribuidora en comercializar juegos al extranjero.
La Pulga tiene muy buenas ventas en dicho país, recibe muy buenas críticas y lo más importante, sitúa a España en el mapa. A este éxito le seguiría Fred, otro éxito internacional de Indescomp.
Este éxito hace que desarrolladores de Fred decidan dejar su puesto de trabajo y crear su propia empresa, Made In Spain. Nace la primera empresa dedicada en exclusiva al ocio digital, esto anima a muchos jóvenes seguir sus pasos y empiezan a aparecer más estudios dedicados al desarrollo de videojuegos.
Son empresas con pocos medios, pero trabajan con ilusión y en poco tiempo lanzan gran cantidad de títulos al mercado, de hecho en España se llega a consumir más producto nacional que extranjero.
Pero estas empresas tienen un problema, en su mayoría están compuestas por programadores y grafistas. No tienen nociones sobre distribución y marketing, lo que les lleva a confiar en las distribuidoras.
Algo que ocasionara muchos problemas en un futuro, por ejemplo Made In Spain pasara a convertirse en Zigurat después de tener varios conflictos con la distribución de Sir Fred, continuación de Fred, en Inglaterra.
No solo a este obstáculo se tenían que enfrentar estas compañías. Como se ha comentado antes, eran cuatros los ordenadores que triunfaban en España y si querían tener éxito tenían que desarrollar una versión para cada sistema.
No obstante, estas dificultades no impidieron que poco a poco se fuera creando un gran tejido de pequeñas empresas creadoras de videojuegos. De hecho, pronto empezaron a aparecer empresas que deseaban crecer y convertirse en algo más. Estos jóvenes emprendedores estaban decididos a dar el salto hacia el mercado internacional.
Una de las primeras fue Opera Soft en 1986, desde su inicio tenían dos cosas claras. Primero que debían trabajar con una ferra disciplina y la segunda que sus juegos debían estar orientados hacia el mercado extranjero. Esta mentalidad los llevo a ser una de los grandes en poco tiempo.
Como es lógico, otras empresas ven el éxito de Opera Soft y no tardan en adaptar su filosofía. El mercado del videojuego español podía ser algo más que un simple sueño, podía ser una realidad.
Entre estas empresas nos encontramos con Dinamic Software, creada por los hermanos Ruiz en 1983, en poco tiempo pasa a ser de las grandes y ser la única en distribuir sus productos al extranjero.
La aparición de estas grandes empresas hace que pronto empiece la rivalidad entre ellas, debido a que todas querían un trozo del pastel. Por este motivo se empiezan a pensar en nuevas estrategias de venta.
Una de las que dará mas éxito será contratar a deportistas de elite para que pongan su imagen en los juegos, como por ejemplo: Perico Delgado, Poli Díaz o Carlos Sainz. La guerra de licencias llega a un nivel absurdo, incluso se crea un juego basado en Sabrina Salerno, la famosa cantante italiana de finales de los 80.
Esta guerra hace que la calidad de los juegos baje y dañe la reputación del mercado español en el extranjero. De hecho uno de ellos, Ole, Toro de Dinamic Software es puntuado con un cero en la revista inglesa Computer & Videogames, siendo el único juego en tener el dudoso honor de tener esa nota en toda la historia de la revista.
Aunque todavía se desarrollen grandes juegos como Army Moves, Saimazoom o Cosa Nostra la visión extranjera sobre nuestro mercado cambia considerablemente.
Por otra parte, Erbe Software la principal distribuidora del momento, idea un plan para aumentar las ventas. En 1987 decide vender sus juegos por solo 875 pesetas. Esto hace que las ventas aumenten y la piratería disminuya, pero daña a multitud de pequeñas empresas ya que con ese precio les queda muy poco margen de beneficio.
Ante esto, estas pequeñas desarrolladoras pasan a vender sus juegos y licencias a gente como Opera Soft, Dinamic Software o Topo Soft, esta ultima creada por la misma Erbe Software para competir con Dinamic en 1987. Casi han desparecido los pequeños estudios de desarrollo, todos trabajan para alguna grande.
Afortunadamente, estas grandes empresas se dan cuenta del error de luchar por licencias y empiezan de nuevo a crear juegos originales, abandonando esa tendencia. Entre estos juegos nos encontramos Mad Mix Game que llega a vender más 70.000 copias o La abadía del crimen, considerado uno de los mejores juegos 8 bits de toda la historia.
Durante estos pocos años, la cantidad de juegos producidos por empresas españolas era increíble. Empresas como Dinamic o Topo Soft llegan a crear más de una docena de títulos al año.
Esta segunda época dorada no durara mucho. El PC y las consolas empiezan a asomarse por el horizonte y las empresas españolas no le prestan la atención suficiente. No consideran que puedan tener futuro en el ocio digital.
Desgraciadamente están muy equivocados, pues estos sistemas se comen el mercado en muy poco tiempo, no dando tiempo a reaccionar. Así que la única estrategia que se adopta es crear muchos juegos baratos y rápidos de hacer. En 1989, empieza el declive de la época dorada.
Esto inunda el mercado de juegos malos, que hacen que Europa deje de comprar juegos españoles. Se ha perdido el mercado extranjero y únicamente queda el español debido al bajo precio de los juegos.
Ante tal panorama muchas pequeñas empresas empiezan a cerrar sus puertas, ya que al tener tan poco margen de beneficio apenas pueden aguantar esta crisis y solo algunas grandes como Dinamic Software, siguen en pie desarrollando juegos de gran calidad como Narco Police en 1990. Este juego es todo un prodigio en su época, pues es el primero en tener una perspectiva en tercera persona.
Pese a que hacen todo lo posible, estas grandes empresas finalmente han de cerrar sus puertas debido a las escasas ventas de sus títulos. Si La Pulga fue el titulo que inicio la Edad de oro del software español, Risky Woods seria el que la cerraría en 1992.
Muchas de esas empresas cambiarían de nombre, por ejemplo Dinamic Software paso a llamarse Dinamic Multimedia, pasarían a otros mercados, por ejemplo Zigurat pasaría a desarrollar juegos para recreativa o creando nuevos estudios como Pyro Studios.
Después de esa época dorada, todavía se seguirían desarrollando juegos, pero no al ritmo que antaño. Ni tampoco se venderían fuera de nuestras fronteras, la industria del juego español había pasado de ser algo muy potente a ser una mera anécdota.
No obstante, esto no ha sido siempre así. Hubo un tiempo en el que nuestro país era el segundo productor europeo de videojuegos, solo superado por Reino Unido. Esa época es conocida como la Edad de oro del software español, edad que duro poco más de una década pero que todavía es recordada con cariño.
Todo comenzó en 1983, con la llegada de los primeros ordenadores personales domésticos, concretamente ZX Spectrum , Amstrad CPC, MSX y Commodore 64. Rápidamente esos ordenadores se hacen con el mercado y centenares de jóvenes empiezan a experimentar con ellos.
Pese a que esos jóvenes desarrollan cantidad de juegos, será La Pulga de Paco Suárez quien dará el pistoletazo de salida a la época dorada. Este juego, consistente en algo tan simple como en una pulga dando saltos que debe escapar de una cueva, es un éxito en Reino unido. Distribuido en tierras anglosajonas por Indescomp, la primera distribuidora en comercializar juegos al extranjero.
La Pulga tiene muy buenas ventas en dicho país, recibe muy buenas críticas y lo más importante, sitúa a España en el mapa. A este éxito le seguiría Fred, otro éxito internacional de Indescomp.
Este éxito hace que desarrolladores de Fred decidan dejar su puesto de trabajo y crear su propia empresa, Made In Spain. Nace la primera empresa dedicada en exclusiva al ocio digital, esto anima a muchos jóvenes seguir sus pasos y empiezan a aparecer más estudios dedicados al desarrollo de videojuegos.
Son empresas con pocos medios, pero trabajan con ilusión y en poco tiempo lanzan gran cantidad de títulos al mercado, de hecho en España se llega a consumir más producto nacional que extranjero.
Pero estas empresas tienen un problema, en su mayoría están compuestas por programadores y grafistas. No tienen nociones sobre distribución y marketing, lo que les lleva a confiar en las distribuidoras.
Algo que ocasionara muchos problemas en un futuro, por ejemplo Made In Spain pasara a convertirse en Zigurat después de tener varios conflictos con la distribución de Sir Fred, continuación de Fred, en Inglaterra.
No solo a este obstáculo se tenían que enfrentar estas compañías. Como se ha comentado antes, eran cuatros los ordenadores que triunfaban en España y si querían tener éxito tenían que desarrollar una versión para cada sistema.
No obstante, estas dificultades no impidieron que poco a poco se fuera creando un gran tejido de pequeñas empresas creadoras de videojuegos. De hecho, pronto empezaron a aparecer empresas que deseaban crecer y convertirse en algo más. Estos jóvenes emprendedores estaban decididos a dar el salto hacia el mercado internacional.
Una de las primeras fue Opera Soft en 1986, desde su inicio tenían dos cosas claras. Primero que debían trabajar con una ferra disciplina y la segunda que sus juegos debían estar orientados hacia el mercado extranjero. Esta mentalidad los llevo a ser una de los grandes en poco tiempo.
Como es lógico, otras empresas ven el éxito de Opera Soft y no tardan en adaptar su filosofía. El mercado del videojuego español podía ser algo más que un simple sueño, podía ser una realidad.
Entre estas empresas nos encontramos con Dinamic Software, creada por los hermanos Ruiz en 1983, en poco tiempo pasa a ser de las grandes y ser la única en distribuir sus productos al extranjero.
La aparición de estas grandes empresas hace que pronto empiece la rivalidad entre ellas, debido a que todas querían un trozo del pastel. Por este motivo se empiezan a pensar en nuevas estrategias de venta.
Una de las que dará mas éxito será contratar a deportistas de elite para que pongan su imagen en los juegos, como por ejemplo: Perico Delgado, Poli Díaz o Carlos Sainz. La guerra de licencias llega a un nivel absurdo, incluso se crea un juego basado en Sabrina Salerno, la famosa cantante italiana de finales de los 80.
Esta guerra hace que la calidad de los juegos baje y dañe la reputación del mercado español en el extranjero. De hecho uno de ellos, Ole, Toro de Dinamic Software es puntuado con un cero en la revista inglesa Computer & Videogames, siendo el único juego en tener el dudoso honor de tener esa nota en toda la historia de la revista.
Aunque todavía se desarrollen grandes juegos como Army Moves, Saimazoom o Cosa Nostra la visión extranjera sobre nuestro mercado cambia considerablemente.
Por otra parte, Erbe Software la principal distribuidora del momento, idea un plan para aumentar las ventas. En 1987 decide vender sus juegos por solo 875 pesetas. Esto hace que las ventas aumenten y la piratería disminuya, pero daña a multitud de pequeñas empresas ya que con ese precio les queda muy poco margen de beneficio.
Ante esto, estas pequeñas desarrolladoras pasan a vender sus juegos y licencias a gente como Opera Soft, Dinamic Software o Topo Soft, esta ultima creada por la misma Erbe Software para competir con Dinamic en 1987. Casi han desparecido los pequeños estudios de desarrollo, todos trabajan para alguna grande.
Afortunadamente, estas grandes empresas se dan cuenta del error de luchar por licencias y empiezan de nuevo a crear juegos originales, abandonando esa tendencia. Entre estos juegos nos encontramos Mad Mix Game que llega a vender más 70.000 copias o La abadía del crimen, considerado uno de los mejores juegos 8 bits de toda la historia.
Durante estos pocos años, la cantidad de juegos producidos por empresas españolas era increíble. Empresas como Dinamic o Topo Soft llegan a crear más de una docena de títulos al año.
Esta segunda época dorada no durara mucho. El PC y las consolas empiezan a asomarse por el horizonte y las empresas españolas no le prestan la atención suficiente. No consideran que puedan tener futuro en el ocio digital.
Desgraciadamente están muy equivocados, pues estos sistemas se comen el mercado en muy poco tiempo, no dando tiempo a reaccionar. Así que la única estrategia que se adopta es crear muchos juegos baratos y rápidos de hacer. En 1989, empieza el declive de la época dorada.
Esto inunda el mercado de juegos malos, que hacen que Europa deje de comprar juegos españoles. Se ha perdido el mercado extranjero y únicamente queda el español debido al bajo precio de los juegos.
Ante tal panorama muchas pequeñas empresas empiezan a cerrar sus puertas, ya que al tener tan poco margen de beneficio apenas pueden aguantar esta crisis y solo algunas grandes como Dinamic Software, siguen en pie desarrollando juegos de gran calidad como Narco Police en 1990. Este juego es todo un prodigio en su época, pues es el primero en tener una perspectiva en tercera persona.
Pese a que hacen todo lo posible, estas grandes empresas finalmente han de cerrar sus puertas debido a las escasas ventas de sus títulos. Si La Pulga fue el titulo que inicio la Edad de oro del software español, Risky Woods seria el que la cerraría en 1992.
Muchas de esas empresas cambiarían de nombre, por ejemplo Dinamic Software paso a llamarse Dinamic Multimedia, pasarían a otros mercados, por ejemplo Zigurat pasaría a desarrollar juegos para recreativa o creando nuevos estudios como Pyro Studios.
Después de esa época dorada, todavía se seguirían desarrollando juegos, pero no al ritmo que antaño. Ni tampoco se venderían fuera de nuestras fronteras, la industria del juego español había pasado de ser algo muy potente a ser una mera anécdota.