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30-Oct-2009, 00:40
El concepto cyborg definido como una criatura medio orgánica y medio mecánica, no es algo especulativo fruto de una ciencia ficción futurista producto del entretenimiento. Bajo mi punto de vista, la simbiosis hombre-maquina se refleja ya en una multiplicidad de aparatos artificiales insertados en seres humanos biológicos. Así, puede implantarse un dispositivo electrónico como la prótesis cloclear para un oído que no funciona, pudiendo transformar estímulos sonoros en impulsos nerviosos codificados para permitir oír a los pacientes sordos. También la implantación de biochips en el sistema nervioso permite la recuperación de sensaciones visuales, táctiles, y control de movimientos en pacientes tetraplégicos y de otras enfermedades de afección motora. Marcapasos artificiales, prótesis mecánicas, chips de almacenamiento de memoria... Son solo unos ejemplos que nos muestran como el cuerpo humano, lejos de ser algo espiritual, divino e intocable, es un conjunto de piezas interconectadas que pueden reemplazarse, y ya no solo por otras biológicas, sino de índole claramente artificial.
En los próximos 20 años la tecnología inteligente en controles nerviosos podrá perfeccionarse abriendo nuevas posibilidades para reemplazar miembros inferiores y superiores y dar una movilidad que antes era inimaginable.
Una redefinición y autorreflexión acerca de lo que es el ser humano será pues inevitable cuando la neuroingeniería se despliegue en los años venideros...
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Kevin Warwick: Cyborg 4.0 (http://www.dailymotion.com/video/x7vjho_kevin-warwick-cyborg-40_school)
Cargado por raulespert (http://www.dailymotion.com/raulespert). - Vídeos de ecología, sociedad, economía y sostenibilidad. (http://www.dailymotion.com/es/channel/school/featured/1)
Kevin warwick (http://es.wikipedia.org/wiki/Kevin_Warwick)
BIOCHIPS, PRÓTESIS Y SENSORES ARTIFICIALES: HACIA EL HOMBRE-MÁQUINA
El desarrollo acelerado de la robótica, la cibernética y la nanotecnología dibuja lenta, pero a paso firme, un futuro predicho por la ciencia ficción: los humanos simples y comunes darán paso a los cyborg, una mezcla de hombre y máquina. Kevin Warwick, gurú tecnológico británico, habló con La Nación sobre el futuro del hombre y los chips en su cuerpo que lo han convertido en el primer científico-cyborg.
Un hombre nada, camina e incluso corre, pero con dos piernas computarizadas, dentro de las cuales miles de datos se combinan para dotarle de movimientos naturales y precisos. Más de 30 mil enfermos de Parkinson cuentan con electrodos en sus cerebros que controlan los temblores. Decenas de miles de marcapasos marcan el latido del corazón y mantienen vivos a miles de personas en el mundo. Otros tantos tienen injertados en sus cuerpos bombas que dosifican calmantes e insulina. Y próximamente podría estar aprobado un sistema de electroestimulación cerebral para combatir la depresión, mientras ya se tiene en carpeta un sistema similar para tratar migrañas, adicciones y la obesidad.
Casi sin darse cuenta, la especie humana está dando pequeños, pero decidores pasos en su escala evolutiva. Así lo cree una serie de científicos ligados a las nuevas tecnologías que sostienen que la era de los cyborg -humano robotizado- ya está aquí.
Si el cuerpo humano es una máquina, el sistema nervioso es su instalación eléctrica (y desde hace más de 20 años los científicos estudian cómo restaurar las conexiones o interferir su flujo).
De ello han surgido toda una gama de implantes eléctricos y computarizados que están penetrando el cuerpo para desempeñar funciones localizadas. Sin embargo un cyborg real involucra obligatoriamente ligar tecnología directamente al cerebro humano o al sistema nervioso.
Kevin Warwick, es jefe del Departamento de Cibernética de la Universidad de Reading, en Inglaterra. Uno de sus logros más impactantes, es una mano robótica capaz de ser controlada a través de un chip implantado en el sistema nervioso. Su cerebro aprendió rápidamente que era una mano artificial y fue capaz de controlarla. Luego hizo un notable experimento en Nueva York, que consistía en controlar desde allí, con su sistema nervioso conectado directamente a Internet, la mano en Inglaterra, en otro continente. Y le resultó. “Eso demuestra que el cuerpo no es sólo esto, lo que ves, sino cualquier cosa que puedas conectarte mediante cables. Es un concepto muy diferente”, dijo.
Los implantes de biochips ya se ocupan en personas lisiadas, como el norteamericano Matthew Nagle, que sufre de parálisis total y que usa su computadora moviendo un cursor con su cerebro, gracias a un chip incrustado en la zona del córtex que controla la mano izquierda. También existen los biochips-identificadores de personas.
Pero el fin no sólo es suplir deficiencias, sino mejorar lo que ya hay. “La idea de ser un cyborg es elevar las capacidades que tenemos como humanos: mejorar nuestros sentidos, ser capaces de realizar complejas operaciones matemáticas y, espero, poder comunicarnos a través del pensamiento. Mi idea es que se pueda conectar un puerto de entrada y salida de información al cerebro, para adaptarlo a nuevas posibilidades. Es muy parecido a lo que se ve en la película Matrix”, añadió.
En ese nuevo formato humano la educación sería muy distinta, porque no habría necesidad de aprender nada. Solamente habrá que cargarse en el cerebro las habilidades que se quieran tener. “Todavía no queda claro cómo se podrá hacer esto posible, pero es un enorme campo de investigación para los próximos años”, dice.
Para el científico británico claramente los cyborgs tendrán habilidades más allá de las que tiene un humano, lo que generará un dilema ético entre quienes quieran conectarse y quienes no. “La conexión directa entre el cerebro humano y las máquinas abre todo tipo de posibilidades. En ese sentido, lo más probable es que sean una nueva especie”.
Álvaro Soto, ingeniero civil, docente del Departamento Ciencias de la Computación de la Universidad Católica y doctor del Robotics Institute de la Universidad de Carnegie Mellon, afirmaba al diario "La nación", que la gran tendencia en esta área era la paulatina robotización del hombre. “Ya hay implantes en el oído que pueden transmitir sonidos y repetirlos en el sistema nervioso. Si especulas con eso, podemos pensar en el mismo sistema, pero conectado a Internet donde podamos pensar sin hablar y otro pueda escucharnos”. Hoy, eso ya no es una mera especulación.
Warwick ya trabaja en lograr -vía chips cerebrales- la comunicación telepática. “Puedo entender la telepatía de una manera técnica y estoy seguro que con injertos en el cerebro seré capaz de producir por lo menos una forma telegráfica de telepatía, posiblemente de una manera telefónica, si tengo suerte. Por ejemplo si tú y yo tenemos implantes en el cerebro, las señales de tu cerebro son transmitidas (posiblemente a través de Internet) al mío y viceversa. Pienso que necesitamos aprender el nuevo lenguaje de la comunicación de los pensamientos y probablemente no necesitaremos hablar nunca más. Es una forma de telepatía y probablemente será la mejor forma de comunicación para los cyborgs”.
En los próximos 20 años la tecnología inteligente en controles nerviosos podrá perfeccionarse abriendo nuevas posibilidades para reemplazar miembros inferiores y superiores y dar una movilidad que antes era inimaginable.
Una redefinición y autorreflexión acerca de lo que es el ser humano será pues inevitable cuando la neuroingeniería se despliegue en los años venideros...
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Kevin Warwick: Cyborg 4.0 (http://www.dailymotion.com/video/x7vjho_kevin-warwick-cyborg-40_school)
Cargado por raulespert (http://www.dailymotion.com/raulespert). - Vídeos de ecología, sociedad, economía y sostenibilidad. (http://www.dailymotion.com/es/channel/school/featured/1)
Kevin warwick (http://es.wikipedia.org/wiki/Kevin_Warwick)
BIOCHIPS, PRÓTESIS Y SENSORES ARTIFICIALES: HACIA EL HOMBRE-MÁQUINA
El desarrollo acelerado de la robótica, la cibernética y la nanotecnología dibuja lenta, pero a paso firme, un futuro predicho por la ciencia ficción: los humanos simples y comunes darán paso a los cyborg, una mezcla de hombre y máquina. Kevin Warwick, gurú tecnológico británico, habló con La Nación sobre el futuro del hombre y los chips en su cuerpo que lo han convertido en el primer científico-cyborg.
Un hombre nada, camina e incluso corre, pero con dos piernas computarizadas, dentro de las cuales miles de datos se combinan para dotarle de movimientos naturales y precisos. Más de 30 mil enfermos de Parkinson cuentan con electrodos en sus cerebros que controlan los temblores. Decenas de miles de marcapasos marcan el latido del corazón y mantienen vivos a miles de personas en el mundo. Otros tantos tienen injertados en sus cuerpos bombas que dosifican calmantes e insulina. Y próximamente podría estar aprobado un sistema de electroestimulación cerebral para combatir la depresión, mientras ya se tiene en carpeta un sistema similar para tratar migrañas, adicciones y la obesidad.
Casi sin darse cuenta, la especie humana está dando pequeños, pero decidores pasos en su escala evolutiva. Así lo cree una serie de científicos ligados a las nuevas tecnologías que sostienen que la era de los cyborg -humano robotizado- ya está aquí.
Si el cuerpo humano es una máquina, el sistema nervioso es su instalación eléctrica (y desde hace más de 20 años los científicos estudian cómo restaurar las conexiones o interferir su flujo).
De ello han surgido toda una gama de implantes eléctricos y computarizados que están penetrando el cuerpo para desempeñar funciones localizadas. Sin embargo un cyborg real involucra obligatoriamente ligar tecnología directamente al cerebro humano o al sistema nervioso.
Kevin Warwick, es jefe del Departamento de Cibernética de la Universidad de Reading, en Inglaterra. Uno de sus logros más impactantes, es una mano robótica capaz de ser controlada a través de un chip implantado en el sistema nervioso. Su cerebro aprendió rápidamente que era una mano artificial y fue capaz de controlarla. Luego hizo un notable experimento en Nueva York, que consistía en controlar desde allí, con su sistema nervioso conectado directamente a Internet, la mano en Inglaterra, en otro continente. Y le resultó. “Eso demuestra que el cuerpo no es sólo esto, lo que ves, sino cualquier cosa que puedas conectarte mediante cables. Es un concepto muy diferente”, dijo.
Los implantes de biochips ya se ocupan en personas lisiadas, como el norteamericano Matthew Nagle, que sufre de parálisis total y que usa su computadora moviendo un cursor con su cerebro, gracias a un chip incrustado en la zona del córtex que controla la mano izquierda. También existen los biochips-identificadores de personas.
Pero el fin no sólo es suplir deficiencias, sino mejorar lo que ya hay. “La idea de ser un cyborg es elevar las capacidades que tenemos como humanos: mejorar nuestros sentidos, ser capaces de realizar complejas operaciones matemáticas y, espero, poder comunicarnos a través del pensamiento. Mi idea es que se pueda conectar un puerto de entrada y salida de información al cerebro, para adaptarlo a nuevas posibilidades. Es muy parecido a lo que se ve en la película Matrix”, añadió.
En ese nuevo formato humano la educación sería muy distinta, porque no habría necesidad de aprender nada. Solamente habrá que cargarse en el cerebro las habilidades que se quieran tener. “Todavía no queda claro cómo se podrá hacer esto posible, pero es un enorme campo de investigación para los próximos años”, dice.
Para el científico británico claramente los cyborgs tendrán habilidades más allá de las que tiene un humano, lo que generará un dilema ético entre quienes quieran conectarse y quienes no. “La conexión directa entre el cerebro humano y las máquinas abre todo tipo de posibilidades. En ese sentido, lo más probable es que sean una nueva especie”.
Álvaro Soto, ingeniero civil, docente del Departamento Ciencias de la Computación de la Universidad Católica y doctor del Robotics Institute de la Universidad de Carnegie Mellon, afirmaba al diario "La nación", que la gran tendencia en esta área era la paulatina robotización del hombre. “Ya hay implantes en el oído que pueden transmitir sonidos y repetirlos en el sistema nervioso. Si especulas con eso, podemos pensar en el mismo sistema, pero conectado a Internet donde podamos pensar sin hablar y otro pueda escucharnos”. Hoy, eso ya no es una mera especulación.
Warwick ya trabaja en lograr -vía chips cerebrales- la comunicación telepática. “Puedo entender la telepatía de una manera técnica y estoy seguro que con injertos en el cerebro seré capaz de producir por lo menos una forma telegráfica de telepatía, posiblemente de una manera telefónica, si tengo suerte. Por ejemplo si tú y yo tenemos implantes en el cerebro, las señales de tu cerebro son transmitidas (posiblemente a través de Internet) al mío y viceversa. Pienso que necesitamos aprender el nuevo lenguaje de la comunicación de los pensamientos y probablemente no necesitaremos hablar nunca más. Es una forma de telepatía y probablemente será la mejor forma de comunicación para los cyborgs”.