Cuentan las leyendas sobre el origen del ajedrez, que un rey estaba tan fascinado por su creación, que le ofreció a su inventor el derecho de elegir su recompensa. Este le pidió un premio aparentemente humilde. Debía recibir un grano de trigo por la primera casilla, dos por la segunda y cuatro por la tercera, duplicando la cantidad cada vez, en cada una de las 64 casillas de las que consta un tablero de ajedrez.
Aunque no lo parezca a simple vista, la cantidad final después de semejante proceso habría llevado a la quiebra a cualquier reino. De hecho, tal cantidad no se podría haber pagado ni con la producción mundial de trigo acumulada durante toda la historia.
Todos ya conocéis esta leyenda, pero... ¿por qué os la cuento?
Mirad. Estas 64 casillas, ocupan un espacio pequeño y finito y aparentemente parecen poca cosa, pero ofrecen tantas posibilidades y combinaciones, que los hombres han necesitado milenios para perfeccionar sus jugadas (y aun así, no han llegado nunca a jugar la partida perfecta).
El ingenio humano reinó durante milenios este complicado juego, pero una inteligencia artificial en 1997, derrotó al campeón mundial Garri Kaspárov. La IA se llamaba Deep Blue, y el sorprendido soviético no se tomó muy bien la derrota.
Hasta hace poco, los programas de inteligencia artificial que dominan juegos de mesa aprendían a partir de información basada en partidas jugadas por personas (como hizo Deep Blue en su momento). También fue el caso de AlphaGo, un algoritmo que en 2016 venció a Lee Sedol, el campeón mundial de go. El go es un juego altamente estratégico, que requiere de una capacidad de computación incluso mucho mayor que el ajedrez.
Pero en 2017, AlphaGo Zero, se convirtió en el mejor jugador de go del mundo (al derrotar a AlphaGo). Sí, esto ya toma tintes un tanto surrealistas, porque estoy hablando de una máquina que ganó a otra máquinas que ganó a los humanos... En fin.
La diferencia entre todos los campeones artificiales hasta la fecha y AlphaGo Zero, es que este alcanzó su maestría sin aprender de nadie. Partiendo solo de las reglas del juego, se entrenó jugando partidas contra sí mismo, y en tan solo tres horas estuvo preparado para jugar contra AlphaGo, al que venció por cien a cero (en cien partidas). Un palizón.
Pero la cosa no termina aquí. Resulta que ahora, AlphaZero es una versión todavía más mejorada de AlphaGo Zero (recordad: el que ganó a AlphaGo, que a su vez ganó al campeón humano).
Sí, esto es un poco lioso, porque tienen la mala costumbre de llamar a todas las IAs prácticamente igual. Os hago un breve repaso:
AlphaGo venció a los humanos en 2016 al go.
AlphaGo Zero, venció a AlphaGo en 2017.
Y ahora AlphaZero gana a AlphaGo Zero, siguiendo ese camino empezado por su predecesor, de aprender tan solo jugando consigo mismo.
Bueno. AlphaZero es actualmente capaz de alcanzar un nivel de maestría sobrehumana en el ajedrez, el go y el shogi, y además sigue aprendiendo (obviamente, ninguna persona es rival para él).
El caso es que en unas pocas horas y sin tomar en cuenta el conocimiento sobre estos tres juegos que la humanidad ha desarrollado a lo largo de siglos, ha derrotado en los tres juegos de mesa más complejos que existen, a los mejores programas de la actualidad.
Ya no necesita que nadie le programe estrategias, ni recurrir a interminables bases de datos de jugadas, no, AlphaZero es el mejor (y ha aprendido de jugar solamente contra sí mismo).
El estilo de juego de este AlphaZero, ha llamado poderosamente la atención de los profesionales de primer nivel del ajedrez y el shogi. Su estilo de juego único, y nos muestra que hay nuevas posibilidades para estos juegos, que no sospechábamos.
Además, han dicho resulta creativo. Algunos de sus movimientos, como mover el rey al centro del tablero, van contra la teoría del shogi y, desde la perspectiva humana, ponen a AlphaZero en la que parece ser una posición peligrosa. Pero, increíblemente, conserva el control del tablero. Es tan eficaz es, que su estilo de juego muestra que existen nuevas posibilidades por explorar en este centenario juego de tablero.
AlphaZero, por tanto, representa un importante paso adelante en la tarea de crear una avanzada inteligencia artificial capaz de dominar juegos más complejos por su cuenta. Podría incluso, llegar a ser igualmente eficaz en tareas como elaborar medicamentos, diseñar materiales o en la biotecnología.
Ya se ha sugerido que ahora necesitan buscar una nueva generación de juegos para proporcionarles nuevos retos a las IAs, (como pueden ser videojuegos complejos).
Por lo visto, los juegos de mesa son un terreno de entrenamiento para desarrollar herramientas de inteligencia artificial que se pueden aplicar a otros ámbitos.
¿Acabará venciendo una IA, a los mejores jugadores de videojuegos del mundo?
¿La eficacia en los juegos de tablero de las Inteligencias artificiales, será provechada en otros ámbitos más determinantes
Fuentes: