Desde noviembre, la sonda espacial Voyager 1 ha estado emitiendo datos extraños desde las afueras del Sistema Solar, a 24.000 millones de kilómetros de la Tierra.
Los científicos de la NASA han descubierto que la memoria del FDS estaba dañada debido a un chip. Aunque no se sabe con certeza qué causó el problema, se especula que podría haber sido golpeado por una partícula energética del espacio o simplemente puede que se desgastase por el tiempo de uso.
La memoria FDS de la Voyager 1 es responsable de organizar los datos antes de transmitirlos a la Tierra, y contiene variables que pueden cambiar según los comandos o el estado de la nave espacial.
Afortunadamente, la NASA ha encontrado una solución para ejecutar el FDS sin usar el chip dañado, aunque llevará varios meses completarla.